16 de febrero de 1972: el día que iniciaron 50 años de relaciones diplomáticas sino-argentinas
La relación diplomática entre China y Argentina comenzaron con el comunicado de Bucarest que se gestionó en secreto para evitar las presiones norteamericanas. Desde el 16 de febrero de 1972 Argentina dejó de reconocer a la República de China para reconocer exclusivamente a la República Popular.

La República Argentina, al igual que la mayoría de los países de Latinoamérica, comenzó su vínculo diplomático con la República Popular China tardíamente. A pesar de hitos históricos como el que se llevó a cabo durante el primer gobierno de Juan Perón cuando se envió trigo al país asiático rompiendo el bloqueo norteamericano en 1950 o cuando en octubre de 1954 una delegación con funcionarios de comercio exterior y el presidente de la Unión Industrial Argentina fueron la primera delegación Latinoamericana en visitar la República Popular China, formalmente Argentina no mantuvo relaciones diplomáticas con el país conducido por Mao Zedong hasta varias décadas después.

Hasta 1972 Argentina continuó reconociendo a la representación china en Taiwán, tal como lo hacía la misma Organización de Naciones Unidas. A excepción de un estrecho acercamiento de sectores militares durante la dictadura de la Revolución Argentina las relaciones no fueron dinámicas como en el caso de países vecinos como Paraguay que al día de hoy continúa sin reconocer a la República Popular. Durante los 27 años en los que Argentina mantuvo vínculos con la República de China dirigida por el Kuomintang solo se llevaron a cabo dos acuerdos: un Tratado de amistad en 1947 y un Convenio Cultural en 1966.

José Arce el 4 de diciembre de 1945 entrega credenciales como embajador de la República de China ante Chiang Kai Shek. Foto: Archivo de la Academia histórica de Taiwán.

En octubre de 1971 el gobierno dictatorial de Alejandro Lanusse, tomando distancia del anticomunismo pro Taiwán de su antecesor Juan Carlos Onganía, se abstuvo en la famosa resolución 2758 de la Organización de Naciones Unidas que habilitaría el histórico reconocimiento de la República Popular China. Entre el periodo trascurrido entre esa votación y la visita del presidente norteamericano Richard Nixon a aquél país a finales de febrero de 1972, Argentina fue uno de los primeros países de la región en formalizar relaciones con la República Popular.

El 16 de febrero, adelantándose al histórico viaje de Nixon, ambos países dieron a conocer el inicio de relaciones diplomáticas y Argentina dio por finalizado su vínculo con la representación de la República de China (Taiwán). El “Comunicado Conjunto sobre el Establecimiento de Relaciones Diplomáticas entre la República Popular Argentina y La República Popular de China” emitido en Bucarest comienza destacando los principios de la política exterior del país asiático: “respeto mutuo a los principios de soberanía, integridad territorial, no intervención en sus asuntos internos o externos, igualdad y beneficio mutuo”.

Comunicado conjunto sobre el establecimiento de relaciones diplomáticas entre la República Argentina y la República Popular de China del 16 16 de febrero de 1972.

Desde aquel breve comunicado de 6 párrafos, traducido al español, chino mandarín e inglés quedaría establecido que la relación entre ambos países está vinculada fundacionalmente a reclamos de integración territorial entre los cuales China y Argentina son mutuamente solidarios. La República Popular reafirma su derecho a ejercer la soberanía sobre Taiwán y Argentina sobre “la zona marítima adyacente a sus costas” lo cual incluye a las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur ocupadas por Gran Bretaña.

Este comunicado fue el resultado de las gestiones diplomáticas que Argentina había comenzado en agosto de 1971 en Rumania y que se habían mantenido en secreto para evitar la interferencia y presión del gobierno de Estados Unidos. Uno de las principales escollos para esta relación y el diálogo eran también las presiones en Argentina de militares con estrechos vínculos con Taiwán que no querían finalizar el vínculo diplomático con la República de China y se enfrentaban a la decisión de la República Popular en la ONU y en sus relaciones bilaterales de no mantener vínculos con aquellos países que reconocieran a la China gobernada por el Kuomintang.

El reconocimiento de la República Popular de China no fue seriamente puesto en duda desde 1972, al igual que la defensa de su integridad territorial que hermana intereses con la cuestión Malvinas. La creciente relación comercial, financiera y de inversiones afianzaron la relación bilateral y llevaron a tomar a seriamente y con relativa prolijidad esta relación diplomática durante las últimas décadas. A pesar de los vaivenes de la política argentina el reconocimiento de la República Popular China se ha transformado en una verdadera política de estado sostenida durante cinco décadas.