

Luego de que Pelosi se convirtiera en la primera representante en visitar Taiwán en 25 años, en medio de tensiones en la relación Beijing-Washington, una delegación de cinco miembros del Congreso de Estados Unidos visitó la isla en el día de ayer, lunes 15 de agosto, en un viaje que durará dos días.
Acorde a Ed Markey, senador demócrata que encabeza la delegación, la visita pretende reafirmar el apoyo de Estados Unidos a Taiwán y “fomentar la estabilidad y la paz en el estrecho de Taiwán”.
La visita de Pelosi, al igual que esta segunda visita, lejos de contribuir a la paz en el estrecho, ha implicado un desafío al principio de “una sola China” y ha alentado la sospechas de que Estados Unidos buscaría promover la independencia de Taiwán. Desde entonces, China ha iniciado una serie de ejercicios militares que, según se anunció el mismo lunes 15, continuarán. Acorde al Ministro de Relaciones Exteriores, China tomará las medidas necesarias para “garantizar la soberanía y la integridad territorial”.
La delegación está integrada por los representantes democráticos John Garamendi, Alan Lowenthal y Don Beyer, y el republicano, Aumua Amata Coleman Radewagen. El grupo se reunirá con el primer mandatario Tsai Ing-wen, el Ministro de asuntos exteriores Joseph Wu, el parlamento taiwanés y el comité de defensa nacional en asuntos de seguridad y comercio.
Wu comentó que la delegación es bienvenida y agradeció su presencia por demostrar el fuerte apoyo de Estados Unidos a Taiwán.
Acorde al vocero del senador Markey, la delegación también mantendrá reuniones con el sector privado para promover la cooperación económica y en especial las inversiones en semi-conductores.
Liu Pengyu, vocero de la embajada china en EE. UU., se opuso a la actitud del Congreso, manifestando que el mismo debería actuar en concordancia al reconocimiento oficial que el gobierno de Estados Unidos otorga al principio de “una sola china”. Agregó también que esta visita prueba que el país no busca la estabilidad e interfiere indebidamente en asuntos internos de China.
Mientras tanto, la Casa Blanca afirma que no han habido cambios en la política de una sola China y que reconoce a la República Popular China como el único gobierno legítimo, a la vez que continúa con un mensaje ambiguo en torno a la hipótesis de una invasión.