Breve historia de Hong kong: pasado, presente y futuro
Foto: CGTN
Hong Kong se incorporó a China durante la dinastía Qin (221-206 A.C.). Desde entonces su relación con China fue pasando por distintos eventos hasta llegar a su presente que está atado a una incorporación plena a China en 2047.

La isla de Hong Kong es un territorio ubicado sobre el Mar Chino Meridional con una extensión de algo más de 1 100 km2. Incluye a la isla propiamente dicha, la península Kowloon y los llamados “nuevos territorios” siendo ésta la región de mayor volumen ya que constituye el 86% de la isla y posee una estrecha vinculación a su pasado colonial: surge de la Convención entre el Reino Unido y China en Relación a la Extensión del Territorio de Hong Kong firmada en 1898.  

Previo a la convención firmada entre la Dinastía Qing y el Reino Unido, la incorporación de Hong Kong se produce durante la Dinastía Qin quienes gobernaron durante 15 años entre 221-206 antes de nuestra era. Su consolidación sucedió con Nam Yuet durante los años posteriores, pero logra constituirse como un puerto pesquero de perlas con Southern Han (917 a 971) y luego con la dinastía Ming (1368 a 1644).

Durante los años de la invasión mongola a China que sucedieron entre 1264 y 1368 de nuestra era, la isla en su conjunto fue destino de contingentes que emigraban escapando de la guerra y la hambruna. En el intento por encontrar una vida mejor, se toparon con las limitaciones geográficas de una zona plagada de montañas (bajas) y aridez extrema, por lo cual, el crecimiento poblacional debió volcarse a la pesca tanto de pescados como de perlas. 

En la edad contemporánea, la suerte de la isla junto con la de China en su conjunto, se convirtieron en objetivo del imperio ultramarino más grande del momento: Gran Bretaña. En efecto, su crecimiento comercial y su desarrollo económico como fruto de su revolución industrial, la habían impulsado a buscar y garantizar sus medios de acceso a fuentes primarias de abastecimiento. La principal relación comercial entre ambos países era la importación de té por parte de los británicos y la de bienes suntuarios por parte de los chinos.

Estos desbalances comerciales se intentaron arreglar con la importación de opio por parte de los británicos pero tras el reclamo de China para frenar su exportación, estalló la conocida “guerra del opio” en 1842. Como consecuencia de esta guerra, se firma el 29 de agosto de 1842 el tratado de paz de Nankin por el cual se habilita la fundación de la primera colonia británica en la isla. El 18 de octubre de 1860 se produce la primera convención por la cual se ceden los territorios al sur de Boundary Street (lo que conforma la región de Kowloon), y luego con la segunda convención de Pekín el 1º de julio de 1898 se firma el arrendamiento de los territorios de los “nuevos territorios”.

La convención por la cesión de territorios (Wikipedia)

El contrato de arrendamiento se realizó con posterioridad a la guerra sino-japonesa aprovechando el gobierno británico la debilidad circunstancial del gobierno chino. Estos tres actores volverían a tener una aparición en el marco de la segunda guerra mundial en el periodo que se conoció como “de 3 años y 8 meses” en referencia a la ocupación que logró el imperio japonés durante los años que transcurrieron entre el 25 de diciembre de 1941 y el 15 de agosto de 1945.

La realización del ataque a la isla de Hong Kong se realizó unas 8 horas después que el de la base estadounidense de Pearl Harbor el 8 de diciembre de 1941. La defensa fue realizada por milicias británicas, canadienses, indios y chinos. Los generales británicos dictan la rendición el 25 de diciembre en lo que se conoció como la “navidad negra”. Durante el gobierno japonés la isla se sumió en una fuerte crisis económica al mismo tiempo que descendió abruptamente su población. 

Con la fundación de la República Popular el 1º de octubre de 1949, Hong Kong comenzó a experimentar un crecimiento gracias tanto a la migración de mano de obra desde el continente, como la llegada de firmas internacionales. Durante la década de 1950, experimentó un cambio abrupto en su economía dejando de ser un puerto precario para ubicarse como una región manufacturera y de comercio internacional. 

La revolución cultural comenzada en 1966 y extendida hasta 1976, marcará algunas diferencias en términos del desarrollo cultural que se volverán constitutivas de la relación entre la China continental y la isla de Hong Kong. Durante la década del ‘70, la apertura comercial de la China continental conllevó a una migración de empresas que dejaron Hong Kong, transformándola en una región turística aunque manteniendo su rol comercial.

Con Margaret Thatcher en el poder a principio de la década 1980, toma forma legal las diferencias desarrolladas en la última década bajo Deng Xiaoping al desarrollar el concepto “1  país con 2 sistemas”.  Con  el mismo se asume que las regiones (se incluye Macao que pertenecía Portugal) podían seguir practicando el capitalismo a cambio de conferirles un estatus legal especial bajo el nombre de “regiones administrativas especiales”. Este acuerdo fue incorporado a la constitución con la reforma de 1982 y alcanzado en las negociaciones llevadas entre China y Gran Bretaña en 1984 poniéndose en práctica el 1º de diciembre de 1997 (y el 20 de diciembre de 1999 la de Macao).

Deng Xiaoping con Margaret Thatcher en la negociación por Hong Kong (Fuente: Zaichina)

El desarrollo de la China continental relegó a la isla en su capacidad de atracción de capitales internacionales. En el plano económico, la autonomía monetaria se mantuvo siendo el dólar hongkonés la moneda utilizada. También tienen diferencia en torno al habla, ya que el idioma de la isla es el hongkonés. En el ámbito político, la isla mantuvo un sistema electoral similar al de los países de Occidente, en tanto funciona como una democracia parlamentaria con la particularidad de poseer un colegio electoral de 1200 miembros. 

Algunas de las diferencias tomaron forma en posiciones políticas que se resumen en dos bloques: los “pro democráticos” y los “pro Beijing”. Las mismas, comenzaron a escalar en niveles de tensión política y social tras acusaciones contra el gobierno central. Estos rechazos se expresaron a lo largo del siglo XXI en algunos movimientos emblemáticos como la “revolución de los paraguas” en 2014 y el rechazo a la ley de extradición en 2019 y la de seguridad en 2020. 

Hoy en día, las elecciones que deberían haberse realizado el 6 de septiembre fueron aplazadas por la pandemia del COVID19 por un año. Con el horizonte puesto en 2047 y la integración plena de la isla a China, es de esperarse que se sigan escribiendo algunas hojas más en la historia de Hong Kong.