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domingo, diciembre 10, 2023

Breve historia de las migraciones chinas en el mundo

Un poema chino dice que “donde sea que toquen las olas del mar, hay chinos de ultramar”.

Por chinos de ultramar suele entenderse a quienes, teniendo orígenes chinos, residen por fuera de China continental, Taiwán, Hong Kong o Macao. Lejos de ser homogéneas, las procedencias, identidades y devenires de los migrantes y sus descendientes presentan una gran diversidad.  Esto ha llevado a distintos debates en torno a la terminología a utilizar en su estudio, y el riesgo de esencializar las identidades chinas. Para los fines de este artículo utilizaremos la expresión “chinos de ultramar” simplemente por ser la de uso más extendido entre los especialistas.

Se estima que más de 40 millones de personas de orígenes chinos residen actualmente en más de 140 países distintos. Las migraciones chinas están entre las más grandes del mundo en su cuantía y extensión. Son también muy antiguas. Su historia data de hace más de 2000 años (durante la dinastía Qin).

La mayoría de residentes chinos de ultramar se encuentra en países de Asia. Le siguen el continente americano y luego Europa. Entre los países con mayor cantidad de residentes de orígenes chinos destacan Tailandia, Malasia e Indonesia. Junto con las migraciones, la cultura china ha prosperado especialmente en las áreas urbanas y en grandes ciudades.

Las tendencias en la movilidad y las olas migratorias han ido cambiando con el dinamismo de las relaciones económicas y comerciales internacionales. También se han vuelto cada vez más frecuentes la movilidad internacional de estudiantes, científicos, académicos y empresarios desde y hacia China, temporales o que en algunos casos pueden implicar una residencia permanente.

El historiador chino Wang Gungwu ha encontrado cuatro patrones de migración característicos: comerciante (huashang), culi (huagong), trabajador temporal (huaqiao) y descendientes (huayi).

La primera (huashang) se caracterizó por la migración mayormente masculina motivada por razones comerciales o para establecer negocios. Una vez establecidos era común que formaran familias locales. Este patrón migratorio fue el predominante de las migraciones chinas en Asia, hasta mediados del siglo XIX (aunque siguió existiendo con posterioridad). La primera migración de este tipo de la que haya registro data de la Dinastía Qin (221-206 A.C) y fue hacia Japón o Filipinas.

El segundo patrón (huagong) fue predominante entre mediados del siglo XIX y principios del XX durante la expansión capitalista en Europa y América. Se trató de migraciones para trabajar principalmente en la minería o la construcción de ferrocarriles, contratados por bajos sueldos. En algunos casos estos trabajadores regresaban a china luego de un tiempo de trabajo.

El patrón huaqiao describe una migración mayormente calificada y profesional, predominante en el siglo XX y XXI. Incluye también la migración de profesores de idioma chino que han contribuido a su difusión a lo largo del mundo.

Finalmente, se conoce como huayi a los descendientes que viven fuera de los sitios mencionados al inicio, y sus procesos de re-emigración. Por ejemplo, muchos descendientes de orígenes chinos viviendo en el sudeste asiático han migrado en las últimas décadas a Europa.

Más allá de las teorías y los datos, sería un error reducir la riqueza de las migraciones chinas y las múltiples identidades que se configuran en las mismas a números y patrones migratorios.

Las migraciones chinas han aportado económica, cultural, social, educativa y hasta políticamente a los países con lo que han estado en contacto o elegido para enraizarse. Por ello, las vidas de sus protagonistas pueden ser elocuentes a la hora de darnos a conocer algunas de los miles de formas de ser en el mundo de los y las chinos/as de ultramar.

Una de esas historias, por nombrar solo un posible ejemplo, es la de Giok Kuan Co. En 1841 este niño de 6 años nacido en Fujian, acompañó a su padre a Filipinas. Una vez allí, fue bautizado José y empezó a ser conocido como José Cojuangco. Se dedicó a la carpintería en Manila, para luego emprender un negocio especializado en azúcar y arroz. Prosperó económicamente, se casó y tuvo hijos, quienes a su vez crecieron y tuvieron hijos. Su bisnieta María Corazón Sumulong ‘Cory’ Cojuangco-Aquino, se convertiría en la onceava presidente de Filipinas, y en la primera mujer en ocupar ese cargo no solo en su país, sino en todo Asia.

Esta historia es solo uno de los tantos testimonios de liderazgo político, talento artístico, emprendedurismo y conocimiento que ha viajado a lo largo del mundo de la mano de las migraciones chinas.

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