China e Irán llegan a un importante acuerdo bilateral
Se anunció un acuerdo entre ambos países que implicaría, por parte del gigante asiático, una inversión en Irán de casi 400 mil millones de dólares en diferentes rubros.

Este acuerdo bilateral entre ambos países que se anunció recientemente, consiste en una cooperación económica y política que se sostendría a lo largo de 25 años. China llevaría a cabo importantes inversiones en el país del Medio Oriente por un total de casi 400 mil millones de dólares.

Las mismas estarían destinadas tanto al sector energético, como el de infraestructura, telecomunicaciones y transporte, entre otros, generando así numerosos puestos de empleo.

Este tratado, que todavía no fue firmando por el parlamento iraní, es visto positivamente por parte de Teherán debido al aislamiento que padece desde hace tiempo. En efecto, Irán sufre las terribles sanciones por parte de Estados Unidos que no han hecho más que generar grandes perjuicios a su economía, amenazando con cortar el acceso al sistema bancario internacional a las empresas que hagan negocios en dicho país. Las mismas son también impulsadas y apoyadas por Israel, en pos de debilitar al gobierno iraní para solidificar su influencia y dominio en el Medio Oriente.

Estas sanciones empezaron a cobrar mayor envergadura desde el año 2015, año el cual Donald Trump abandonó el tratado nuclear que Obama había firmando durante su mandato con el gobierno iraní.

Es por ello que este acuerdo implicaría una gran ayuda para Irán, ya que las inversiones proyectadas le darían un gran empuje para la activación de su economía.

Las inversiones se concentrarían principalmente en el sector energético iraní, y en el área de la infraestructura física para modernizar las instalaciones. De ese modo, el tratado contempla la construcción de caminos, ferrocarriles, puertos, comunicaciones aéreas y servicios esenciales. De esta forma China estaría ampliando la red de la infraestructura de la Ruta de la Seda, incluyendo cada vez más territorios para fomentar el comercio, el intercambio tecnológico y el desarrollo económico.

Otro punto que toca el acuerdo es la instalación por parte de China de la instalación de la red 5G, mientras que Irán tendría acceso a la red de satélites GPS a partir del sistema de navegación chino Beidou.

China, por su parte, recibiría una provisión regular de petróleo y de combustible cuyo precio estaría fijado de antemano, incluido con algún tipo de descuento, a lo largo de los 25 años de duración del acuerdo. Esto resulta importante para China ya que actualmente el país importa aproximadamente un 75% de lo que consume de petróleo y combustibles.

Este acuerdo es mal visto por Estados Unidos ya que lo interpreta como un avance de China en el Medio Oriente, que atentaría peligrosamente contra sus intereses en la región. Del mismo modo, Israel también muestra preocupación por este acuerdo ya que, de empezar a efectivizarse, mostraría a las claras el fracaso de su plan de haber apostado a aislar empecinadamente a Irán tanto económica como políticamente.

Esto último se encuentra relacionado con el hecho de que para occidente, a partir de la construcción y renovación de puertos con salida al mar Caspio, China tendría mayor presencia en la región del Golfo Pérsico, lo que le facilitaría las tareas de seguridad, espionaje y les ofrecería la posibilidad de tener una mejor posición estratégica en términos geopolíticos.

Este importante acuerdo bilateral podría ser el inicio de una relación fructífera (relación que se viene gestando desde la visita de Xi Jinping en el 2016) que a largo plazo podría resultar más que beneficiosa para ambos países, sobre todo para Irán por las duras sanciones económicas que tiene.