

En su declaración, publicada en la red social Twitter el 19 de enero, Mike Pompeo afirmó que China “está cometiendo genocidio y crímenes de lesa humanidad en Xinjiang” y que el Partido Comunista Chino debía “rendir cuentas” a la comunidad internacional.
I have determined that the People’s Republic of China is committing genocide and crimes against humanity in Xinjiang, China, targeting Uyghur Muslims and members of other ethnic and religious minority groups.
— Secretary Pompeo (@SecPompeo) January 19, 2021
Por otra parte, el Departamento de Estado de los Estados Unidos publicó varios videos acompañados de un largo comunicado en el que mencionó la existencia de una “profunda hostilidad” por parte del gobierno chino contra las personas de etnia uigur y denunciaron el “trato represivo” contra las minorías étnicas. Además, el Departamento de Estado denunció que las autoridades chinas obligan a realizar “esterilizaciones y abortos forzosas” a mujeres uigures y que las obligan a casarse con miembros de otras etnias. El gobierno norteamericano consideró estas prácticas como “repugnantes” y lesivas de los derechos humanos y señalo la necesidad de una urgente intervención internacional.
El gobierno chino, por su parte, emitió un duro comunicado en el que acusó al gobierno norteamericano de “fabricar mentiras” con la intención de “instigar relaciones étnicas, socavar la estabilidad de Xinjiang, obstaculizar el desarrollo de Xinjiang y engañar a la opinión pública internacional”. Por otra parte, China calificó a las denuncias de genocidio como “una pura tontería” y de “otra farsa para difamar a China” frente a la comunidad internacional. A su vez, China acusó a Estados Unidos de violar “gravemente el derecho internacional y las normas básicas de las relaciones internacionales” al interferir “gravemente en los asuntos internos del país”.
El gobierno chino, a su vez, afirmó que los problemas relacionados con Xinjiang no son de carácter étnico, religioso o de derechos humanos, sino que se relacionan con el separatismo, el extremismo y el terrorismo de algunos grupos radicales en la región. “El respeto y la protección de los derechos humanos”, señalaron en el comunicado, “son principios constitucionales de China”, mientras que la “lucha contra el terrorismo” en Xinjiang “está totalmente en consonancia con los propósitos y principios de las Naciones Unidas”.
El gobierno chino calificó de “mentiras” las declaraciones del Departamento de Estado norteamericano, y señaló que en los últimos años la población de las minorías étnicas en Xinjiang tuvo un aumento del 22%. En este marco, las autoridades destacaron especialmente el incremento de la población de la etnia uigur, que pasó de 10.171.150 a 12.718.400, representando un aumento del 25%, muy por encima de la media de crecimiento poblacional nacional.
Por otra parte, el gobierno chino señaló que la población de Xinjiang continúa mejorando su desarrollo y la región se mantiene en paz, sin casos de violencia ni terrorismo durante los últimos cuatro años. Por otra parte, entre 2014 y 2019, el PBI de Xinjiang aumentó de 91.959 millones de yuanes a 135.710 millones de yuanes, lo que representa un incremento medio anual del 7,2%, superior incluso al crecimiento promedio de China. El ingreso per cápita, a su vez, aumentó un 9,1%, lo que ha contribuido a resolver el problema histórico de la pobreza en Xinjiang.
Cabe resaltar que las disputas acerca de la situación en Xinjiang vienen de larga data, y han sido un foco de tensión importante entre China y los Estados Unidos durante los últimos años. Tanto el Partido Demócrata como el Republicano han coincidido en las denuncias de violaciones a los derechos humanos en esta región del occidente chino, y no solo han catalogado de “genocidio” a la intervención del gobierno chino, sino que incluso llegaron a prohibir las importaciones de productos elaborados en Xinjiang.
Si bien el propio Trump se ha negado a calificar de “genocidio” a la situación en Xinjiang, éste si ha sido un mote que han utilizado otros miembros del establishment republicado, como John Bolton (quien llegó a acusar a Trump de alentar a Xi Xinping en su política hacia los grupos separatistas) y Mike Pompeo. Por su parte, el nuevo presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, afirmó a través de su portavoz que “la indescriptible opresión que han sufrido los uigures y otras minorías étnicas a manos del gobierno autoritario de China es un genocidio” y criticó que Trump no haya tomado medidas más severas al respecto.
Además, el martes pasado, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, criticó a China por “no respetar los derechos humanos” y “debilitar el orden internacional” y llamó a Estados Unidos y Europa a estar unidos para hacer frente al ascenso de China.
El gobierno chino, por su parte, ha vinculado estas denuncias a una campaña para desprestigiar a China a nivel internacional y reivindicar y alentar el separatismo y el extremismo a nivel interno. Cabe resaltar, además, que Xinjiang es una de las zonas clave de la Nueva Ruta de la Seda, por las que pasan gran parte de los corredores estructurales de la iniciativa: el ferrocarril China-Europa, el Corredor Económico China-Pakistán y el ferrocarril hacia Irán.