

Durante una sesión ministerial del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas realizada el martes pasado, el Ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, abogó por la conformación de una plataforma de diálogo multilateral con los países de Golfo Pérsico.
La reunión fue convocada por el canciller ruso Serguéi Lavrov, quien actualmente ocupa la presidencia pro-tempore del Consejo de Seguridad y, además del canciller chino, participaron los Ministros de Relaciones Exteriores de Nigeria, Sudáfrica y Vietnam, además de los cancilleres de los países del Golfo. Estados Unidos, Alemania, Francia, Bélgica y Reino Unido, por su parte, solo enviaron diplomáticos de segundo nivel.
La plataforma, señaló el embajador chino, deberá ser equitativa y abierta, y todas las partes deben seguir los principios de respeto mutuo, dialogo compartido y abordar las preocupaciones mediante consultas en pie de igualdad.
Wang Xi afirmó que las tensiones crecientes en la región del Golfo amenazan gravemente la paz y la seguridad regionales y mundiales, e instó a la comunidad internacional a buscar una paz sustentada en la sinceridad y buena voluntad.
En este sentido, caben destacar las crecientes tensiones entre Arabia Saudita e Irán, dos potencias regionales que pugnan por la hegemonía en la región, y que han sido parte de otros conflictos regionales que exceden la región del Golfo, como la guerra civil en Yemen, las recientes manifestaciones en el Líbano, las situaciones de conflicto en Siria e Irak y la avanzada israelí sobre territorios palestinos.
La propuesta realizada por Wang Xi se estructuró en base a tres principios: 1) construir un estado de derecho para garantizar la paz en la región del Golfo, 2) defender la buena vecindad para garantizar la estabilidad regional y 3) defender la equidad y la justicia como pilares básicos de la estabilidad regional.

Fuente: Ministro de Relaciones Exteriores de China
Wang Xi señaló que los países del Golfo son “buenos amigos y socios de China”. Cabe destacar que la zona del Golfo en particular, y el Medio Oriente en general, es una zona estratégica para China por varias razones. En primer lugar, por sus reservas de recursos estratégicos, principalmente petróleo y gas, que China necesita para su producción industrial. Por otro lado, porque la zona del Golfo es un paso estratégico de gran parte del comercio marítimo chino, por lo que si se extiende la situación de inestabilidad, puede ser peligroso las importaciones de recursos esenciales. Y, finalmente, por que para la política de conformación de alianzas globales y de dialogo de civilizaciones impulsada por el presidente Xi Jinping, reforzar los lazos de amistad y cooperación tanto con Irán (una civilización, al igual que China, milenaria y con mucha influencia sobre la región), los países árabes y los creyentes musulmanes es un factor clave para la proyección del multipolarismo a nivel mundial.
En este marco, recientemente, el gobierno chino firmó un acuerdo de cooperación estratégica con Irán por 25 años, donde China se compromete a invertir más de 400 millones de dólares en infraestructura en Irán a cambio de que el país persa garantice el suministro de petróleo con importantes rebajas.
A su vez, desde 2004 funciona el Foro de Cooperación China-Estados Arabes (FCCEA), un acuerdo entre el gigante asiático y los 22 países que conforman la Liga Árabe, que el julio pasado celebró su 9° reunión ministerial.
La propuesta fue avalada por el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, quien remarcó la importancia de “establecer una nueva arquitectura de seguridad regional para abordar las preocupaciones legítimas de todos los interesados”.