

Más popular en oriente que el ajedrez en occidente, es conocido como igo (japonés 囲碁), weiqi (chino 圍棋) o baduk (coreano 바둑). Uno de los nombres del Go es “shudan”, que significa “lengua de manos”. El Go es notable por ser rico en complejas estrategias, a pesar de sus simples reglas, por lo cual se le reconocen beneficios para el desarrollo de la inteligencia, la creatividad y la toma de decisiones.
El juego necesita de dos jugadores, que alternativamente colocan piedras blancas y negras (fichas hechas de cristal o plástico) sobre las intersecciones libres de una cuadrícula de 19×19 líneas. El objetivo del juego es controlar una porción más grande del tablero que el oponente. Una piedra o grupo de piedras se captura y retira del juego si no tiene intersecciones vacías adyacentes, esto es, si se encuentra completamente rodeada de piedras del color contrario.
Ubicar piedras juntas ayuda a protegerlas entre sí y a evitar ser capturadas. Por otro lado, colocarlas separadas hace que se tenga influencia sobre una mayor porción del tablero. Parte de la dificultad estratégica del juego surge a la hora de encontrar un equilibrio entre estas dos alternativas. Los jugadores luchan tanto de manera ofensiva como defensiva y deben elegir entre tácticas de urgencia y planes a largo plazo más estratégicos.
Confucio ya lo mencionaba en sus Analectas, en Asia es un juego extremadamente popular pero poco a poco se fue extendiendo a todas partes del mundo, tanto que en Argentina tenemos una Asociación Argentina de Juego de Go. El Go, como muchas otras cosas, nos llegó a través de Japón, por ello es más conocido por su nombre japonés.