

El primer lunes de junio fue la fecha designada en Los Ángeles para dar inicio a la IX Cumbre de las Américas, el foro continental dedicado al abordaje de problemáticas regionales e iniciativas para la articulación comercial. El encuentro, que fue motivo de controversia durante las últimas dos semanas, estuvo a punto de ser suspendido luego que la sede excluyera de la invitación a Cuba, Nicaragua y Venezuela; países alineados por fuera de la política norteamericana, y a los que la administración Biden calificó como “autocracias”.
Este condicionamiento en la participación de la Cumbre motivó que varios países del sur, liderados por el Presidente mexicano López Obrador, amenazaran con abstenerse de presenciar el encuentro mientras la postura de sus anfitriones no admitiera una revisión. Pero, luego de una agitada semana de visitas y comunicaciones, en la que los organizadores negociaron con los mandatarios latinoamericanos para evitar el fracaso del foro, la reunión tuvo ayer su ceremonia inaugural con el fin de extenderse sobre el abordaje de las distintas temáticas hasta el viernes 10.
Si bien esta Cumbre no supone un hecho trascendental para la política mundial, los rumores acerca de una posible suspensión fueron interpretados como síntoma de la pérdida de convocatoria por parte de Estados Unidos. Esta incertidumbre, a su vez, fue señalada como una oportunidad para China ya que la deserción de los países americanos supondría un hito de la influencia asiática sobre la región.
De acuerdo con la germana Deutsche Welle, la tensión entre los países latinoamericanos y Estados Unidos tiene una matriz histórica, pero la creciente asociación comercial con China es la plataforma común desde la que estos países se proyectan para negociar contra la hegemonía del norte. Para la DW, esta IX Cumbre de las Américas presentará un desafío en la administración de Joe Biden, ya que deberá vincularse con el resto de los presidentes americanos en una posición equiparada, rompiendo la tradición de quienes lo antecedieron en el cargo.
Desde el Times angelino este predicamento fue abordado en términos más asertivos, destacando que el motivo central para la reunión es justamente instaurar una política que invite a los países del sur a compartir la perspectiva de que la potencia emergente de Asia representa el mayor desafío para su desarrollo a largo plazo. “Una cumbre vacía”, asegura el artículo, “socavaría los esfuerzos de Estados Unidos para reafirmar su influencia en América Latina ante los avances de China en la región, al tiempo que aumentaría las preocupaciones sobre un retroceso democrático en la zona”.
El respaldo de China para el desarrollo de Latinoamérica
La posición de China, sin embargo, estuvo lejos de ser ambigua. Consultado al respecto de este asunto durante una reciente rueda de prensa en la que se explayó sobre asuntos globales, el vocero oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores, Zhao Lijian, rechazó la segregación en la convocatoria de la Cumbre de las Américas, acusando a la organización de sostener una actitud facciosa para silenciar a sus disidentes. “Estados Unidos ha recurrido de forma irreflexiva y desenfrenada a sanciones unilaterales”, sostuvo Zhao, “se ha inmiscuido y ha manipulado asuntos internos de América Latina y el Caribe”.
El vocero consideró que se trata de un “típico comportamiento hegemónico”, que contraviene tanto los propósitos de la Carta orgánica de la ONU como las normas básicas que rigen las relaciones internacionales, vulnerando “la soberanía y la dignidad” de los países de la región. A su vez, aseguró que China se opone resueltamente a la noción de patio delantero o trasero, y que los intentos de Estados Unidos para utilizar la Cumbre con fines intervencionistas están “condenados al fracaso”.
En contraposición, Zhao Lijian resaltó la importancia de organismos multilaterales como ALBA-TCP, a la que consideró una herramienta útil para impulsar la integración regional a través de modelos de desarrollo fundados en las necesidades e intereses locales. “Desde su establecimiento—destacó—, esta alianza siempre se ha comprometido a fortalecer la solidaridad y el robustecimiento de los países de la región, alentando a sus Estados miembros a seguir un camino de desarrollo independiente”. También subrayó la importancia de CELAC en el mantenimiento de la paz y la estabilidad, defendiendo los derechos e intereses de los países en desarrollo.