Este domingo se desarrolló en la facultad de derecho de la UBA (Universidad de Buenos Aires), el último debate presidencial de cara al ballotage del próximo 19 de diciembre. Los protagonistas que llegaron a la segunda vuelta, Sergio Massa por el lado de Unión por la Patria, y Javier Milei, representando a la Libertad avanza, expusieron sus propuestas y sus puntos sobre distintos ejes temáticos, entre los que estuvieron la política internacional.
En la parte del debate “Relaciones de Argentina con el mundo”, confortaron dos visiones totalmente opuestas de cómo deben ser las relaciones internacionales del país durante los próximo cuatro años. En las intervenciones se vio una clara la intención de Massa de exponer la posición de Milei en torno a las relaciones con China y Brasil, principales socios comerciales de argentina.
Recordemos que el candidato de ultra derecha, adelantó en la campaña que si llega al gobierno no hará “pactos con comunistas” en relación directa a la idea de congelar relaciones con China y Brasil. “Serán socios comerciales del sector privado”, aseveró. Tiempo después, como siempre hace, se desligó de tales declaraciones y en el último debate aclaro que “es mentira que haya dicho que no hay que comercializar con China o con Brasil” e fiel a su libreto ultra liberal insistió que “las relaciones la va a fijar el sector privado y que el estado no tiene por qué meterse”
A modo de oposición, el candidato por UP dejó en claro que “las relaciones las establecen los países. Los aranceles los fijas los países al igual que los permisos sanitarios”. Sin embargo, Milei volvió hacer hincapié en que la “política de regulación del comercio lo único o que hace es perjudicar a los argentinos” y sostuvo que “si no se le vende china se le puede vender a otros”.
A raíz del asentamiento de la Asociación Estratégica Integral con China, el 90 de las importaciones de cinco provincias a argentinas son a al gigante asiático. Según el informe dela Cámara Argentino China, el comercio bilateral se caracteriza por su carácter inter-sectorial con una concentración de las exportaciones en agro alimentos y de las importaciones en maquinarias y equipos industriales para grandes empresas y pymes. Massa, ni lento ni perezoso, advirtió que si es por Milei; “el prejuicio ideológico va a dejar a 2 millones de argentinos sin trabajo”.
El principal exponente de nuestras exportaciones es la soja, ya que China es el principal consumidor nivel mundial. Mientras Milei sostiene que se puede remplazar el consumo chino con otros países, habría que preguntarse, ¿Qué otro países representan el 22 por ciento de la población mundial y tienen este alimento como una de las bases de su consumo alimenticio?
Eva Blanco Lu, periodista y economista China radicada en Argentina, y dueña de una de las mayores exportadoras de vino desde Argentina a China, sostiene que la amistad es una de las claves más importantes para realizar negocios con empresarios chinos. Cuando el candidato de La libertad avanza habla que solo “serán socios comerciales del sector privado” se olvida que muchas transacciones que benefician al sector privado en ambos países no serían posibles sin el acercamiento de los Estados en otros ámbitos estratégicos como la tecnología, la cultura y la diplomacia, tal como sucede con cualquier otro país con el que Argentina tenga vínculos comerciales.
Multipolaridad o sometimiento
Sergio Massa remarcó “la defensa del interés argentino, en el mundo convulsionado” y adhirió a la noción de la “Multipolaridad” bajo la premisa de tener “relaciones con todo los países que abran los brazos y los mercados para vender trabajo argentino”. Asimismo, desde una mirada extractivista destacó el potencial de Argentina en ser proveedores regionales y mundiales del gas, minerales como el litio, fundamentales para la transición global enérgica. A modo de llevar una línea de “neutralidad” o “tercera posición” ratificó que “la política exterior no se puede regir por capricho, ni por ideología, se debe regir por el interés nacional”.
Por el lado de Milei, sorpresivamente en esto no se contradijo, volvió a ratificar que su alineación es con “Estados Unidos, Israel y el mundo libre”. En una línea de guerra fría y desde una postura supremacista occidental, el candidato libertario tomó una marcada definición en el actual campo de la geopolítica. “Como estado no vamos a plantear relaciones con aquellos que no respetan la Democracia Liberal, que no respetan las libertades y la paz”. Aunque es tos tiempos, es confuso hablar de paz cuando buena parte del mundo está repudiando el genocidio del estado de Israel contra el pueblo palestino.
Ahora cuando se habla de multipolaridad, ¿se la entiende solo como oportunidad de nuevos mercados o también se la piensa estratégicamente en la reconfiguración del orden del mundo? Massa, aunque a diferencia de Milei, pretende demostrar que no tiene “prejuicios ideológicos” a la hora de relacionarse comercialmente con otros países, claramente no ve a la multipolaridad como alineaciones políticas en la disputa global con EE.UU y las principales potencias europeas como si lo plantean Rusia, China, y en algún aspecto Brasil, miembros fundadores de los BRICS; organismo al cual dudosamente Massa no mencionó en su exposición la importancia de la integración de Argentina al mismo. Recordemos que Argentina fue aceptada reciamente en la última cumbre de los BRICS, fundamentalmente con el respaldo del presidente e de Brasil, Luis Ignacio Lula Da Silva.
Si bien Massa intenta llevar un equilibrio discusivo de tercera posición, hay ciertas cuestiones que no lo tiene definidas, y en parte es, por su reconocida buena relación con Washington, quien le dio el visto bueno para su candidatura. Incluso desde espacios políticos más de centro izquierda de UP lo ven como el candidato de la Embajada de Estados Unidos dentro del propio frente.
Asimismo, la noción de “interés nacional” a la que hace alusión Massa, representa muchas dudas y abre un sinfín de interpretaciones distintas hacia el interior de un posible gobierno de “unidad nacional” como el que plantea y con los actores que tiene pensado convocar. Sin duda, la intermitencia que ha tenido el gobierno de Alberto Fernández en el terreno geopolítico, con aciertos y errores que trajeron beneficios o controversias al país en tema de política internacional, van repercutir en los futuros alineamientos.
Sin embargo, con China la cuestión fue siempre positiva. El gobierno de Alberto Fernández firmó a adhesión al acuerdo de la Franja y la Ruta, una estrategia de China para ampliar los proyectos de energía y los fondos para obras de infraestructura. En este contexto, China autorizó dos veces consecutivas el uso de fondos del swap de yuanes para pagar vencimientos de Argentina con el FMI. Más allá de quien asuma el diez de diciembre, tiene que tener en cuenta, tal como dijo el embajador Sabino Vaca Narvaja: “China es un factor decisivo para la estabilidad macroeconómica argentina”.