

El director ejecutivo del Centro Latinoamericano de Estudios Políticos y Económicos de China (CLEPEC) y politólogo, Diego Mazzoccone, destacó en las notas publicadas por Página12 y RadioConAguante, la importancia de la República Popular China para Argentina. Mazzoccone explicó que la economía china no está librada al azar, y no depende de circunstancias coyunturales que afecten lo resultados de corto plazo. Más bien, hay un enfoque de largo plazo, con una continuidad que genera resultados. Concretamente, expresó que “después en el ‘78 se establece un nuevo líder que puede llevar a cabo estas nuevas ideas de la reforma de apertura económica, y a partir ahí, es cuando China empieza a crecer a las famosas tasas chinas que son las de 10% promedio anual y, a partir de ahí, van implementando diferentes medidas, estableciendo pruebas pilotos en distintas ciudades, corrigiendo sus propios errores, y es así como China se ha transformado en lo que es hoy”.
El crecimiento del país a las famosas tasas chinas ha logrado que la economía logre una envergadura y dimensión tal, que el producto bruto de muchas de sus ciudades tiene la misma magnitud que muchas naciones alrededor del mundo. Es común encontrar comparaciones, tal como las que realiza TicBeat, en donde destacó que el PBI de Shanghai en 2017 era comparable con el de Países Bajos; o el de Beijing que en ese año, se asemejaba al de Suiza. A su vez, la provincia de Cantón era similar a Argentina en estos términos.
Mazzoccone, por su parte, resalta que el crecimiento de China también se vio reflejado en los ingresos per cápita. Y pese a la cuantiosa población del país, ha podido mejorar los niveles de ingreso, de forma tal que: “En 2012, el PBI per cápita de China era menos de la mitad que el argentino, al día de hoy ya lo superaron ampliamente. Algunas ciudades, como Beijing y Shanghai, duplican la media nacional.”
Asimismo, para Mazzoccone, una de las principales claves del crecimiento chino está en el consumo interno, el cual representa el 80% del PBI del país. Y anclar el crecimiento en la demanda interna, también implica la necesidad de redistribuir la riqueza y reducir los niveles de pobreza. Es por esto que “uno de los principales objetivos del gobierno chino es justamente eliminar la pobreza extrema en este año pese a la pandemia, y generar que, cuando se cumplan los 100 años de la República Popular de China en el 2049, ahí su país pueda tener un PBI per cápita similar al de los países desarrollados.”
Respecto de la relación sino-argentina, se sabe que la clave está en las exportaciones del sector agroalimenticio. Argentina aquí tiene grandes oportunidades ante una demanda creciente del país asiático. Mazzoccone, en este sentido, expresa que “tenemos que trabajar este mercado, tenemos que conocerlo más, capacitarnos más, hay otros países como Australia, Nueva Zelanda, países de Europa, Estados Unidos que también exportan alimentos que nos llevan mucha ventaja, Chile también en la promoción en el mercado chino, ya tiene más experiencia en el cómo comercializar ese mercado que es muy distinto a lo que estamos acostumbrados, es otra mentalidad, otro idioma, otras redes sociales. Este es nuestro desafío.”
Asimismo, el director del CLEPEC enfatizó sobre la importancia que ya tiene el gigante oriental, dado que se ha convertido en el principal socio comercial de la Argentina: “La economía china avanza y supera a cualquiera, superó a Brasil como principal socio comercial nuestro y es lógico porque Brasil como cualquier país latinoamericano está en crisis y es inevitable que China se transforme en socio comercial número uno de Argentina por el crecimiento que.” Y habló sobre la necesidad de generar una estrategia comercial articulada, entre el sector público y el sector privado a fin lograr más que meras colocaciones de productos argentinos de escaso valor agregado en el mercado chino: “Toda estrategia exitosa deviene de un vínculo entre el sector público y el sector privado porque el sector público de alguna manera tiene que promocionar la marca país, los productos en ese mercado. El objetivo es que las empresas argentinas no solamente puedan exportar a un importador sino puedan insertarse en ese mercado, que aprendan a cómo se comercializa esos productos, hay que adaptar la marca nuestra al estado chino sabiendo que es otro idioma y otra cultura (…) El tema es tener la ambición del querer ganar más, de querer generar distribución porque agregar valor genera más oportunidades, más trabajo a los argentinos, generar más riqueza, pero muchas veces para los empresarios le es más fácil exportar la materia prima a un importador y es menos trabajo, pero eso genera menos oportunidades para el país y para los trabajadores. Va a depender también del empresario argentino y que desde el gobierno se pueda trabajar articuladamente y que haya incentivos para poder comercializar directamente”.