

En China el aborto ha sido legal desde mucho antes que en otros países (más precisamente, desde 1988 aunque ya en los ‘50 se permitía bajo ciertas causales) y continúa siéndolo hoy en día. Su acceso es relativamente sencillo al igual que a métodos anticonceptivos, como parte de las políticas reproductivas. No por ello, la temática ha sido menos controversial y, en los últimos tiempos, la presión demográfica ha hecho que el gobierno chino comience a re-evaluar las medidas en torno al aborto.
A fines del año pasado, China anunció que buscaría reducir los abortos por razones no médicas en vista de las decrecientes tasas de natalidad y la tendencia al envejecimiento poblacional. Muchos expertos esperan que pronto haya natalidad negativa.
Recientemente, la Corte Suprema de los Estados Unidos (SCOTUS, por sus siglas en inglés) ha anulado un fallo de 1973, conocido como “Roe vs Wade”, que garantizaba la protección federal del derecho al aborto. Acorde a aquel fallo, los Estados de la confederación no debían legislar en materia de aborto durante el primer trimestre, y la posibilidad de prohibirlo se daba solo a partir del tercer trimestre.
En su último fallo, SCOTUS consideró que el aborto debe ser tratado en cada jurisdicción, devolviendo a cada Estado la posibilidad de restringir o incluso prohibir el aborto desde el inicio del periodo gestacional. Esta decisión incrementó la tendencia de varios estados a aprobar legislación contra el aborto.
La participación china en el debate
Las reacciones en el mundo no se hicieron esperar, y China no estuvo exenta de la polémica. Un hashtag vinculado al tema pronto se volvió trending topic en la red social china Weibo, con 45 millones de vistas en dos horas. Muchos cibernautas consideraron la decisión como una erosión de los derechos y libertades de los norteamericanos.
Mientras se expanden los temores de que esto no se trate de un hecho aislado y que represente un movimiento que restrinja los derechos reproductivos a lo largo del mundo, otros lo ven como una falla de Estados Unidos, que ya no estaría en condiciones de embanderar las causas por los derechos humanos, según opiniones en las redes.
Aunque el aborto es algo muy común en China, en los últimos tiempos también han crecido los movimiento “pro-vida”, especialmente de la mano de las iglesias cristianas y del budismo.
La respuesta de la diáspora china en EE.UU.
Las comunidades chinas y asiáticas en la diáspora, en especial en los EE. UU., también hicieron oír sus voces respecto del tema, desde ambos lados del debate. Mientras que muchas mujeres de origen asiático tienen creencias personales en contra del aborto, aunque respetan el derecho a elegir, otras han sido desde hace décadas muy activas en la lucha por los derechos reproductivos.
En 2020, el National Asian Pacific American Women’s Forum (NAPAWF) publicó la primera encuesta realizada a mujeres de orígen asiático, la cual reveló que el 74% estaba a favor de que siguiera vigente el fallo “Roe vs Wade”, el 66% apoyaba que las leyes estatales garanticen el derecho al aborto y el 58% consideraba que las medidas de los Estados para restringir el derecho a abortar iban en la dirección errónea.
Otra lucha importante de NAPAWF son las leyes en contra del aborto selectivo (abortar en base a la preferencia del sexo del infante). Quienes promueven este tipo de legislación en EE.UU. tienen un fuerte sesgo, asociando a las mujeres asiáticas a una mayor propención de querer elegir el sexo del bebé y, por ende, de abortar. Sin embargo, el único estudio científico llevado adelante hasta ahora sobre las tasas de aborto en mujeres asiáticas en Nueva York muestra que los mismos son menores a otros grupos étnicos.
La situación del aborto en China
El debate se vio atravesado también por las acusaciones de abortos forzados en China, tanto como parte del control de la natalidad como del control de las minorías étnicas (como los uyghures), cuestión negada por el gobierno. Las principales críticas giran en torno a que las libertades para abortar no fueron derivadas de un genuino interés por la mujer, sino que fueron parte de la implementación de la política de un solo hijo, durante la cual los abortos eran comunes y, por sobre todo, donde se dio un crecimiento exponencial de los abortos selectivos.
La sociedad china, en general, ha favorecido el nacimiento de varones por considerar, entre otras razones, que eran quiénes en el futuro podrían sostener a sus padres. Esta creencia respondía a que la mujer, luego de casarse, pasaba a estar bajo la línea familiar de su esposo. Aunque estas tendencias han cambiado en la China actual y las mujeres tienen un nuevo y activo rol en la sociedad, a la vez sigue prohibido que las instituciones de salud revelen el sexo durante el embarazo y el aborto continúa siendo un tema problemático.
Cambios en las políticas de natalidad
Mientras China amplió la posibilidad de tener hijos a dos por pareja en 2016 y a tres desde 2021, además de la inclusión de excepciones para las minorías étnicas (quienes, aún durante la política de un solo hijo, estaban autorizadas a exceder ese número), muchos jóvenes no consideran la posibilidad de tener más de un hijo. Y, como suele darse en las sociedades modernas actuales, algunos incluso no quieren tener hijos en absoluto. Las presiones laborales y económicas que han llevado a esta situación explican la estimación de que, para 2050, un cuarto de la población china tendrá más de 65 años, si continúan las actuales tendencias.
China tiene una de las tasas de abortos más altas del mundo. Distintas fuentes hablan de 9 millones y hasta 13 millones de abortos al año. Asimismo, el debate en torno a los derechos reproductivos de la mujer está aún lejos de ser zanjado. Incluso en China, donde la legalidad del aborto es de larga data y sigue vigente, los cambios demográficos, en la opinión de algunos sectores de la población y las dinámicas mundiales, siguen generando interrogantes.