El arte de la “Astrología China” y los animales del horóscopo
Siguiendo con los conceptos de Metafísica china y sus Cinco Artes, Sofia D’Alessandro (Especialista en Cultura China Contemporánea – UNLa) explica la punta del iceberg de la Astrología China con sus dos corrientes.

Cuando uno habla en una simple charla con amigos sobre el horóscopo chino todos comienzan a decir “yo soy cerdo”, “mi hijo es caballo”, etc. Una de las primeras cuestiones a aclarar es que las personas no tienen las características del animalito en cuestión, si así fuese ¡pobres los que nacieron en el año de la rata! ¡Serán rechazados por multitudes!

Los nombres asignados a cada período del zodíaco chino son metafóricos, e incluso existe una historia (si es de origen chino existe un mito detrás) de la forma en que se seleccionaron y el orden que ocupan los distintos animales del zodíaco. Hay 12 signos del horóscopo chino estructurados en este orden: rata, buey, tigre, conejo, dragón, serpiente, caballo, cabra, mono, gallo, perro y cerdo.

La historia cuenta que en los principios del tiempo el Emperador de Jade quería seleccionar 12 animales para ser sus guardias de la Puerta Celestial, desde el cielo envió un inmortal a la tierra para transmitir el pedido a los seres e indicar que el orden de llegada a la Puerta definiría el rango de cada uno dentro de la estructura.

Luego de recibir el mensaje los animales de la tierra partieron rumbo a la gloriosa puerta. La primera en salir fue la rata, hasta que en su camino se topó con un río al que no podía cruzar sin ahogarse. Quedó a la espera hasta que divisó al buey que estaba a punto de cruzar, la rata saltó sobre su oreja para utilizarlo en el cruce. Cuando arribaron a la orilla, la rata se bajó rápido y corrió a los pies del Emperador. De esta forma la rata ganó el primer lugar y el buey quedó en el segundo. Los siguientes en llegar fueron los animales más rápidos y competitivos, el tigre y el conejo. El tigre logró cruzar el río nadando, y el conejo lo hizo saltando sobre piedras y un tronco flotante. De esta forma el Emperador les asignó el tercer y cuarto puesto. El quinto en llegar fue el Dragón, que asombró al Emperador de Jade por su belleza y esplendor, a continuación llegó la serpiente quien ocupó el sexto lugar.

Los que ocuparon el séptimo y octavo lugar fueron el caballo y la cabra, a quiénes el Emperador halagó por su carácter amable y modesto. El Mono, en cambio, había perdido mucho tiempo realizando monerías en el camino, al llegar ocupó el noveno puesto. Los últimos en llegar fueron el gallo, el perro y el cerdo, y de esta forma los 12 se convirtieron en guardias de la Puerta Celestial.

Han de preguntarse por qué uno de los 12 animales no es el gato. Si bien convivían “pacíficamente” el felino siempre intimidaba a la rata, quien se sentía extremadamente molesta por esta situación. Al enterarse del decreto del Emperador de Jade, la rata decidió vengarse no informándole al gato del llamado, y salió tranquilamente sin decirle nada. Cuando el gato despertó la carrera había terminado, por lo cual no pudo formar parte de la guardia celestial. Se cuenta que luego de la fiesta de selección de los 12 animales se generó una gran enemistad entre el gato y la rata, antagonismo que perdura hasta la fecha y explicaría de cierta forma la rivalidad que conocemos.