

El mercado de viviendas de China continuó estancado en abril. Según los datos de la agencia nacional de estadísticas la mayor parte de las ciudades evidencian disminuciones de precios en las viviendas o con incrementos leves respecto a marzo.
Se evidencian diferencias según el nivel de la ciudad. La clasificación no oficial pero utilizada en los negocios como punto de referencia para identificar el comportamiento de los consumidores, el nivel de ingresos, el de sofisticación de productos y servicios y las oportunidades de negocio.
Según los datos publicados para el mes de abril, 39 de 70 grandes ciudades reportan una disminución de precios mes a mes (10 ciudades más que el mes pasado). Los precios de las nuevas viviendas en las ciudades de nivel uno (el más elevado) registraron un incremento de solo el 0,2% mensual en el mes de abril.
Un total de 31 ciudades de segundo nivel presentaron un declive del 0,1% en el precio de nuevas viviendas. Mientras que 35 ciudades de tercer nivel disminuyeron un 0,6%.
La dinámica de los precios se puede comprender contextualizando la situación que vive China respecto al ritmo de contagios del COVID-19. Li Yujia, investigadora jefa del centro de investigación de políticas residenciales de Guangdong, destaca: “El hecho de que más de la mitad de los precios de viviendas están en caída refleja que los contagios por COVID-19 impusieron desafíos para las transacciones de viviendas, al mismo tiempo que debilitaron la confianza y las expectativas del mercado“.
Además, el contexto internacional tampoco es favorable. Las turbulencias en los precios de las commodities debido a la guerra en Ucrania y los procesos de migración de capitales causado por los incrementos de las tasas de interés de los Estados Unidos afectan al mercado inmobiliario.
Para contrarrestar la situación, China implementó un conjunto de estímulos que apuntan a potenciar la demanda y promover el desarrollo del sector.
Se puede mencionar la circular publicada el pasado viernes 13 de mayo por parte del Banco Popular de China (BPC) y la Comisión Reguladora de Seguros y Banca de China. En ésta se da la posibilidad a la banca comercial de reducir el piso mínimo de la tasa preferencial de préstamo (TPP) sobre los créditos hipotecarios de cinco años del 4,6% al 4,45%.
La TPP de cinco años se utiliza como referencia para los préstamos a largo plazo que permiten financiar la infraestructura del país. La regulación de la misma es una herramienta que Beijing utiliza para estabilizar la economía.
Para cumplir el objetivo de crecimiento económico de este año de 5,5%, el economista en jefe de Morgan Stanley Asia, Robin Xing menciona: “Existe espacio para una política monetaria y fiscal de expansión, y la disminución en la TPP confirma que se continúa un camino de más emisión”.
El gigante asiático muestra mayor preocupación por el estancamiento económico que la inflación. Mientras la Reserva Federal y el Banco Central Europeo reducen estímulos para atacar la inflación, China pertenece a un reducido grupo de paises que opta por una política económica expansiva.