El taichí o taichí chuan (太极拳, literalmente “supremo puño definitivo”) es un arte marcial desarrollado en China y practicado en la actualidad por millones de personas en todo el mundo. Es un concepto cosmológico, representa el cambio, el flujo y las fuerzas opuestas y complementarias del yin y el yang. Pero cuál es el origen de este arte marcial, cuenta la leyenda que un monje taoísta, Zhang Sanfeng, presenció en los montes Wudang, la lucha entre una grulla y una serpiente, donde observó que ambas luchaban pero ninguna lograba vencer a la otra. La historia no habla de un monje sino de un militar, Chen Wangting, quien a mediados del siglo XVII, cuando los europeos empezaban a llegar a China y la dinastía Ming era reemplazada por la Qing comenzó a combinar distintas teorías de combate. Chen era parte de un clan perteneciente a la aldea de Chenjiagou. Como era tradición en las familias más ricas tenían su propio arte marcial. Ese arte marcial se llamaba “pao shou” o puño de cañón. Los Chen tenían varias oportunidades de practicarlo como guardias de los convoys comerciales que cruzaban China, se le sumó algo de medicina china y un entrenamiento en parejas que impedía la agresión entre los contendientes y lo llamó el “tui shou” o empuje de manos. Nació así un nuevo arte marcial y la familia Chen quedó reconocida de forma oficial como su creadora, de hecho existe un código con sus instrucciones llamado “Canon del boxeo de la familia Chen”. Pero pronto los eruditos comenzaron a notar que los movimientos seguían una misma lógica: abierto y cerrado, rígido y flexible, lleno y vacío, la mismísima dualidad del yin – yang, y se le llamó boxeo del taichí o taichí chuan. El arte marcial no salió fuera del clan Chen hasta que uno de sus patriarcas se lo enseñó por primera vez a alguien fuera de la familia, Yang Lunchan, así surgieron varios estilos donde sus diferencias son pequeñas pero significativas. En los siglos siguientes, XVIII y XIX, se convirtió en una extendida práctica, en ella se entrenaba al hijo del emperador y a la guardia imperial, pero los tiempos cambiaron y el taichí chuan también, y el método de lucha se fue convirtiendo en un método para mejorar la salud corporal. Aunque sigue siendo una buena táctica de defensa personal hoy se sigue practicando para cultivar el balance individual, la calma personal y la recreación. Personas de distintas edades lo practican para recrearse y mejorar su salud, ya que estudios apuntan que la práctica del taichí puede bajar la tensión sanguínea, mejorar la densidad ósea, fortalecer el sistema inmune, aumentar la fuerza de las piernas y mejorar la respiración para lograr tranquilizar la mente y relajar el cuerpo. En diciembre de 2020 la UNESCO incluyó la práctica del taichí chuan, de forma oficial, en el listado de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. |
Licenciada en Matemática. Admiradora de la cultura china, practicante de Kung Fu, estudiante de chino mandarín y Anfitriona de la ceremonia del té