

En la República Popular de China el PBI creció el 2,3% según los datos del Buró Nacional de Estadísticas. El crecimiento de China en el último año superó en un 6% al promedio del PBI global (que decreció 4,3% según el Banco Mundial). Con este aumento el PBI chino alcanzó a 101,59 billones de yuanes (15,72 billones de dólares).
Si bien el crecimiento no fue del 6% esperado antes de la pandemia y fue el crecimiento más bajo desde 1976, un crecimiento del 2,3% es un dato extraordinario en el actual contexto global. Desde que China lanzó hace cuatro décadas el periodo de Reforma y Apertura su PBI creció 40 veces pero nunca había tenido un desafío tan importante como el que afrontó el año pasado que demostró la capacidad de resiliencia.
China pudo recuperarse de la caída del 6,8% de su PBI en el primer trimestre del 2020 dónde buena parte de su economía estuvo paralizada por la pandemia. En el segundo trimestre creció 3,2% y en el tercero 4,9%. En el último trimestre de 2020 el PBI creció 6,5%, lo cual represento un punto por encima del crecimiento del mismo periodo en 2019.

Crecimiento del PBI de la República Popular China desde 1961 según datos del a OCDE. https://datos.bancomundial.org/indicator/NY.GDP.MKTP.KD.ZG?locations=CN
El crecimiento de China mostró también un avance en los objetivos de desarrollar un país con menos desigualdades entre sus propias regiones. Un ejemplo de ello fue el gran crecimiento del PBI en la Región Autónoma del Tíbet que alcanzó un 7,8%.
También en las últimas semanas se dieron a conocer datos como datos de cómo se logró aumentar el PBI en un año tan caótico. La circulación dual, basada en el desarrollo vinculado a la economía global y a la economía local, fue positiva en ambos frentes para la economía asiática.
Por un lado hubo datos positivos respecto a las inversiones y el comercio exterior. En 2020 la inversión extranjera directa en China se expandió el 6,2% de acuerdo a las estadísticas oficiales del ministerio de Comercio. También las exportaciones aumentaron el 3,6% y las importaciones descendieron el 1,1% según los datos oficiales que registraron un aumento del superávit comercial.
Y, por otro hubo datos positivos respecto a la economía local. El crecimiento del consumo de energía aumentó el 3,1% en 2020 según la Administración Nacional del Energía. Se destacaron también datos positivos en el consumo y el despliegue de grandes inversiones en nuevas tecnologías de la comunicación.
El resultado final de la economía china superó a las expectativas de instituciones como el FMI que mediados del 2020 anunció un crecimiento del 2% o la OCDE que proyectó el 1,8%. Sus números positivos contrastan con los de todas las grandes economías del mundo.

Grafico con datos de la OCDE.
El FMI proyecta que el crecimiento de China en 2021 será del 4,4% y la OCDE del 8%. Está última institución proyecta que un tercio del crecimiento del PBI global en 2021 sea en China.
Zhu Baoliang, economista en jefe del Centro Estatal de Información, estimó un crecimiento del 8% en 2021. Este año es significativo para la historia de la República Popular China al cumplirse 100 años de la fundación del Partido Comunista de China que tiene fijado el objetivo de erradicar absolutamente la pobreza extrema.
Además del motor del comercio internacional abierto desde el periodo de Reforma y Apertura hace cuatro década, ahora China pretende aumentar significativamente la inversión pública, el consumo interno y la innovación tecnológica como parte de su desarrollo sustentable en un mundo incierto. Zhang Liqun, investigador del Centro Investigación para el Desarrollo del Consejo de Estado, declaró que: “El gasto público será el pilar para impulsar la demanda interna, especialmente fomentando la construcción de infraestructuras y aumentando la inversión privada”. También, un desafío central para el 2021, según los especialistas chinos, será lograr el pleno empleo.
Los datos estadísticos de las últimas décadas demuestran que el crecimiento de China no tiene precedentes en la historia del capitalismo y los datos de los últimos años comprueban la fortaleza relativa de su economía respecto a las otras potencias globales. Las proyecciones de su gobierno permiten brindar certezas en un mundo incierto y las proyecciones de instituciones globales sentencian que su papel en la recuperación de la pandemia será determinante. Una de las consecuencias inevitables de la pandemia del Covid-19 es la confirmación de que el mundo deberá poner más su atención en China por sobre el de otras regiones del mundo.