Honrar a los maestros y su inteligencia ha sido siempre una tradición en China. Desde la antigüedad los maestros han sido respetados por el pueblo como mensajeros de la sabiduría.

La famosa expresión china “Cheng Men Li Xue”, que significa literalmente “de pie en la nieve en la puerta de la casa de Cheng”, es un maravilloso ejemplo. “Cheng” se refiere a Cheng Yi, uno de los principales filósofos del neoconfucianismo en la dinastía Song (960-1276). Atraído por la teoría de Cheng, Yang Shi, un joven talentoso y trabajador que amaba la lectura y el estudio, adoraba a Cheng como su mentor.

Un día Yang y su amigo You Zuo tuvieron opiniones diferentes sobre una cuestión. Para obtener una respuesta adecuada fueron a casa de Cheng en busca de consejo.

Era pleno invierno. Sintiéndose congelados por el viento y la nieves los dos hombres se envolvieron fuertemente en sus ropas y se apresuraron. Cuando llegaron a casa de Cheng el portero les dijo que el maestro estaba durmiendo la siesta.

Los dos estudiantes no se quejaron. En su lugar, optaron por no molestar al maestro y esperaron fuera de la puerta, de pie, bajo una fuerte nevada.

Al cabo de un rato, Cheng, al despertarse, se dio cuenta de que sus alumnos llevaban un rato parados en la nieve e inmediatamente les invitó a entrar. En ese momento, la nevada ya tenía 30 centímetros de espesor.

Conmovido por la paciencia de Yang, Cheng respondió detalladamente a las preguntas de los alumnos. Después de años de estudio Yang logró por fin el objetivo de su vida de ser un gran erudito.

La sociedad china moderna sigue conservando la hermosa tradición de respetar a los profesores de gran prestigio y profundo aprendizaje.

Zhang Guimei, director de la Escuela Secundaria Femenina de Huaping, en la provincia suroccidental china de Yunnan, ganó el año pasado la Medalla del 1 de julio. La medalla es el más alto honor para los miembros destacados del Partido Comunista de China. Ha estado educando y ayudando a estudiantes necesitadas, la mayoría de las cuales viven en zonas aisladas y pobres. La escuela ha creado un milagro para las niñas: 1.804 graduadas han sido admitidas en universidades a finales de 2020.