

La Revista DangDai se dedica desde el año 2011 a explorar el vasto universo de las relaciones entre China y Argentina, indagando en ambas culturas para recorrer los matices de un vínculo que es indispensable conocer para pensar el futuro de nuestra sociedad. En sus páginas se descubren artículos sobre deporte y filosofía, arte y economía, geopolítica y literatura: con las firmas de reconocidos periodistas, artistas, importantes figuras políticas como el Presidente Alberto Fernández, o empresarios protagonistas de la asociación comercial con China como Franco Macri o Gustavo Grobocopatel.
Sus directores Gustavo Ng y Néstor Restivo comentaron en La Ruta China cómo es trabajar con esta nueva dimensión que va ganando lugar en la sociedad global, y que ya nadie pone en discusión que sea uno de los temas más importantes de la época actual. Desde el antiguo Confucio, hasta la moderna Sinopec.
LRCh: La cuestión de China pareciera ser una cuestión central para la “época actual”. Hoy sabemos que allí se encuentra una de las claves para comprender el futuro de nuestro país y la región. ¿En los artículos recopilados durante estos 12 años de DangDai se puede ver cómo evolucionó la relación entre ambos países?
Gustavo Ng: Nuestro proyecto refleja en los últimos 12 años una realidad a la que otros medios de comunicación renunciaron. China es considerado un enemigo por los medios hegemónicos alineados con Estados Unidos, pero también por medios “progresistas”, que la ven como un imperio que intenta reemplazar a Estados Unidos. En cuestión, ni un sector ni el otro investigan directamente a China sino que simplemente se nutren de la información emitida por las corporaciones mediáticas de Estados Unidos y Europa; no menos propagandísticas que el Partido Comunista chino.
Decimos que DangDai es una “revista” porque somos de la era del papel, pero se trata de un esquema que integra, además de la versión impresa, un website de noticias y una newsletter. La revista impresa tiene una frecuencia trimestral, la newsletter es semanal, y el website es alimentado diariamente. De esta manera, en los últimos 12 años seleccionamos diariamente las noticias de la relación entre Argentina y China que ofrecen medios argentinos, chinos, de otros países, y de producción propia.
La versión impresa tiene tiempos más laxos: una revista trimestral tiende a ser como un libro. Sin embargo, recuerdo las tapas al comienzo del gobierno de Mauricio Macri y luego las del principio del gobierno de Alberto Fernández, y veo que la versión impresa no está apegada a la coyuntura sino al momento histórico. Esta mirada panorámica es la más adecuada para observar las noticias de China, que siempre deben ser presentadas con el contexto necesario para interpretarse correctamente. Toda información sobre China es introductoria a China.
LRCh: Cuando hablamos de China existe un gran problema de desinformación en el ámbito periodístico. ¿La revista se propone confrontar esta tendencia?
Néstor Restivo: El tema de la desinformación, e incluso la pregunta acerca de cómo mejorar nuestra comunicación con China, es algo que nos interesa trabajar con la revista. Hemos formado una mesa redonda con editores periodísticos y agencias de noticias en Argentina, para saber qué punto de vista tenían y cuáles dificultades podían señalar para trabajar con la información de China.
Obviamente, aparece la atomización que hacen las agencias occidentales acerca de las cuestiones relacionadas con China, así como la falta de fuentes directas ya que los medios argentinos no tienen corresponsales en China e incluso tampoco en Asia. Existen grandes distancias en muchos sentidos, al margen de nuestras diferentes maneras de entender al periodismo. Además, China tiene grandes problemas a la hora de comunicar hacia afuera del país.
Luego está lo deliberado, la visión tendenciosa que hay en el flujo de la información, generalmente en manos de canales norteamericanos. Durante la pandemia y el incremento de tensiones con Estados Unidos, estos espacios fueron utilizados para desplegar una agenda fuertemente anti China. En consecuencia, vemos que hay grandes medios de todo el mundo que están operando con esta agenda, y en Argentina también.
Nosotros intentamos confrontar con eso y superar el sesgo negativo, con la dificultad adicional de que China no colabora porque su información oficial no es realmente permeable a los esquemas de nuestro periodismo. No decimos “objetividad” porque no creemos que nadie la pueda tener, pero sí algún margen más crítico e incluso contestatario dentro de la opinión pública. Es algo muy comentado: la información que nos llega es de canales oficiales, generalmente laudatoria, que se percibe como actividad propagandística del gobierno.
LRCh: Las diferencias y similitudes entre ambas naciones son un inagotable tema de interés para DangDai. ¿Hay un enriquecimiento de la mirada sobre lo propio al aprender más acerca de China?
Gustavo Ng: Cuando entrevistamos al psicoanalista francés Fançois Jullien, tuvimos la sensación de que lo que más le interesaba de China eran las reflexiones que le provocaba al contrastar su realidad con la europea. La primera mirada a China siempre ve lo exótico, lo más diferente de lo que somos, o lo que no podemos ser. Pero cuando se profundiza y se hace contacto con los aspectos que nos igualan, aparece esa reflexión de Jullien. ¿Como pudieron independizarse de siete poderes extranjeros, y nosotros no? ¿Como superaron la pobreza, y nosotros tenemos cada vez más pobres? ¿Por qué se someten los chinos a la autoridad, y en nosotros hay cierto goce por rebelarnos?
Pensamos en cómo tratamos a nuestros viejos cuando vemos a los chinos tratar a los suyos. Pensamos en nuestra comunicación masiva al estudiar la de los chinos; en nuestro sistema de salud, en nuestra educación, y en el lugar de protagonismo que tiene el pueblo. Observamos cómo ellos solucionan problemas que también existen acá. En algunos aspectos los admiramos, pero en otros le desearíamos que fueran más como nosotros. También nos sentimos igualados en ciertos aspectos, como en la ambición de justicia social que habita nuestras dos sociedades; que allá tiene el nombre de socialismo con características chinas y acá se llama peronismo.
LRCh: La revista da cuenta del rol que ocupa China en los cambios globales. ¿Existe algún enfoque particular o línea editorial para el análisis?
Néstor Restivo: DangDai tiene por objetivo cubrir la relación bilateral y todos los puntos de contacto entre Argentina y China; pasados, presentes y potenciales. Y desde ya, es una revista que tiene un punto de vista argentino. Pero también otra función de nuestro aparato, con la web y la newsletter, está en difundir la actualidad de China que nos impacta directamente con las transformaciones en el mundo de la tecnología, la economía, las relaciones internacionales, etcétera.
Hemos mantenido un espacio abierto para que los especialistas internacionales y argentinos puedan opinar y comentar esas transformaciones, intentando que sea siempre abierto y plural, con una mirada crítica pero alejada de la sinofobia. La única restricción que pusimos, y para lo que nunca habrá lugar en la revista, es para quienes buscan promover el odio; especialmente porque sobra espacio en los medios hegemónicos para publicar esas opiniones. Preferimos focalizar sobre los puntos de contacto en aspectos culturales y económicos, científicos, académicos, artísticos o deportivos. Nos interesa el impacto global, regional y local que puede tener la actualidad china.
LRCh: El ciclo de 12 años tiene un significado particular dentro de la cultura China. ¿Cuáles podrían señalar como algunos de los principales logros de DangDai, y cuáles como aspectos pendientes?
Gustavo Ng: Tenemos mucho interés en el zodíaco chino, pero como un juego y una tradición de conocimiento. Por eso podría señalar algunos logros y cuentas pendientes, pero no relacionarlo con el ciclo de los 12 años.
Entre los logros, mantenernos ininterrumpidamente como único medio de intercambio cultural entre China y un país de Hispanoamérica. Por otro lado, siempre fuimos independientes y no nos alineamos ni con los países centrales de occidente que consideran a China el demonio, ni con el departamento de propaganda del Partido Comunista chino. También conseguimos que la revista pueda aportar muchos puntos de vista acerca de China que existen en Argentina, en un medio en el que la fragmentación y los antagonismos son la regla.
Más que de cuentas pendientes, hablaría de próximos objetivos. Un objetivo crónico es estudiar más en profundidad, pero el ritmo periodístico atenta seriamente contra esto. Vamos a promovernos a nivel regional en América Latina. En la mayoría de los países la situación mediática respecto de China es la misma de Argentina, que comentábamos al inicio de la nota.
Próximamente también entraremos en China. El público interesado en la relación con Argentina es relativamente escaso, y más pequeño aún es el público que puede leer en español. Sin embargo, algo muy pequeño en China puede ser gigante para nuestros números: cerca de 50.000 estudiantes de idioma español, quienes manejarán la relación con América Latina en el futuro, y a quienes vamos a llegar con Revista DangDai.
Néstor Restivo: El hecho de alcanzar 12 años de publicación ya es un logro en sí mismo. Antecedentes de nuestra revista en el siglo pasado, en la década de 1950 o en los años ‘70, intentaron establecer un puente comunicacional entre ambos países pero no lograron continuidad. Nosotros pudimos avanzar y consolidar nuestra propuesta.
Por fuera de la revista, con el libro que hicimos acerca de cómo pudo China erradicar la pobreza, me parece que es un punto fuerte ya que no conocemos otro libro acerca del tema en nuestro idioma. Hemos recibido mucho reconocimiento dentro del entorno que se dedica a seguir la actualidad de China.
Como asunto pendiente nos queda el de lograr tener más presencia en China, para lo que necesitamos que la publicación y la web sean bilingües. Todavía no lo hemos logrado por falta de recursos materiales y humanos, pero sabemos que en la República Popular hay un público muy interesado en nuestro idioma, nuestra cultura y nuestra región. Nos gustaría empezar a llegarles, al menos digitalmente.