La cuestión del “tamaño” en China
Un tema que en ocasiones hace su aparición al hablar de los varones chinos y en general respecto al varón asiático, es la famosa cuestión del tamaño del miembro viril. ¿Son ciertos tales rumores o sólo meros estereotipos? ¿Qué tanto se diferencian de los occidentales?

Cuestión de estadística

De acuerdo a World Data,  en un ranking mundial sobre el tamaño de los penes, Ecuador posee el primer lugar con 17,61 cm, seguido por Camerún (16,67cm) y Bolivia en un tercer puesto (16, 51cm). Otros países que lideran el podio son Haití (16,01cm), Senegal (15,89cm) y Cuba junto a Países Bajos (15,87cm).  China por su parte posee el promedio de 13,07cm. Lo curioso es que se diferencia de otros países por valores mínimos. Así, se distancia del promedio de Estados Unidos tan solo por 0,51cm y de los rusos solo por 0,14cm.  El último lugar es para Camboya (10,04cm).

El promedio mundial es de 13,58cm. Esto significa que China se encuentra por debajo de la media al igual que Turquía, Rusia, Reino Unido, Grecia, Armenia, Irlanda, Rumania, etc. Sin embargo, estos países mencionados no padecen el “estigma” como en el caso chino.

Por otro lado, la Universidad de Ulster (Reino Unido) condujo una investigación dividiendo a la población mundial en 4 categorías en orden creciente: la primera con países asiáticos en su mayoría, la segunda con países europeos, de Medio Oriente y norteamericanos (ejemplo: Estados Unidos con 12,95cm, Rusia  13,20cm y Reino Unido con 13,97cm) y un tercer grupo igual de variado con países como Argentina con 14,73cm, Alemania (14,47cm), Italia (15,74cm), etc.  Finalmente, la última categoría con mayoría latinoamericana.

Según el estudio, la República de Congo lidera el primer puesto (18,34 cm) mostrando una  interesante variación, dejando a Ecuador en segundo plano (17,52cm), seguido por Ghana ( 17,27cm), Colombia y Venezuela (17,18cm), Líbano (16,76cm) y Bolivia (16,51cm), entre otros. Como puede observarse, este cuarto grupo concentra mayoritariamente a países latinoamericanos.  El resultado final derriba entonces el mito africano al tener esta región un promedio de 15,74cm en contraste con el de América Latina (16,25cm).

En cuanto a China, se encuentra en el primer grupo,  con una medida de 10,92cm superando a  Filipinas y Taiwán (10,66cm) India  y Tailandia (10,16cm) y  Corea del Norte (9,65cm) siendo este ultimo el menor en toda la escala global .

Es de notar que existen diversos estudios con aproximaciones similares pero resultados diferentes. Una tercera fuente en este sentido es el “British Journal of Urology”  en colaboración con el King’s College de Londres, estableciendo un promedio global de 13,10cm, lo cual reescribe nuevamente todo. Además, no provee una escala detallada que clasifique a  todos los países. La investigación advierte que al hablar de etnicidad, no hay conclusiones definitivas por lo cual es bastante riesgoso dado que podría caerse en estereotipos negativos. Es necesario profundizar con estudios que abarquen todos los grupos étnicos. 

El tamaño en China

Si bien a simple vista existe la percepción de la pequeñez del miembro masculino chino, vale la pena indagar sobre cuál es la propia percepción de la comunidad china y si, efectivamente, existe un malestar generalizado en torno al tamaño.  Para responder estas preguntas, será esencial acudir a Everett Yuehong Zhang, profesor, investigador y escritor  de la Universidad de Princeton.  Como bien señala,  los escritos de Mawangdui (Hubei) que datan del 168 a.C registran métodos de alargamiento peneano, si bien no es el único escrito de la Antigüedad en hablar de este tema. Así por ejemplo, el famoso texto de origen indio Kamasutra escrito por Vatsyayana Mallanaga relata en su séptimo capítulo, el “Erotismo esotérico”,  un método de alargamiento del pene, además de clasificar al miembro en  tres tipos:  liebre, toro y garañón.

De esto se deduce, por un lado, que ya existía una preocupación por el tamaño desde la Antigüedad y por otro que, insólitamente, la idea de alargar el miembro no ha sido un invento moderno.  De la dinastía Song (960-1279)  se conserva literatura que habla sobre como curar el  yujingxiao o “pequeño tallo de jade”, en alusión al pene pequeño. Desde la terminología china, “tallo de jade” hace referencia al miembro viril mientras que “puerta de jade” a la vagina.

En 1657 durante la dinastía Qing, se escribió la popular novela erótica Rou Putuan (The Carnal Prayer Mat) por Li Yu, quien debió usar una gran cantidad de seudónimos aunque no pudo evitar las numerosas censuras en China.  El personaje principal de la obra, Weiyang Shang, sufre los comentarios de sus compañeros por su pequeño pene. Este hecho marca negativamente su vida para siempre. En su desesperación, busca ayuda con un iniciado en las “artes de los dormitorios” y termina  implantándose  un pene erecto de perro que le provee de un poder sexual mitad humano y mitad animal. Como vemos nuevamente la  preocupación por el tamaño se manifiesta nuevamente pero también la comparación entre varones afectando negativamente al individuo.

Llegando a los tiempos modernos, durante el siglo XX se llevaron a cabo 16 estudios diferentes en China sobre el tamaño promedio. El primero de ellos fue en 1963 y el último en 1999. Los primeros estudios se dirigían a obtener una medida estándar para la producción de preservativos mientras que los posteriores fueron dedicados a dilucidar  cuál es el tamaño “normal”, qué es aquello que cae bajo la normalidad y qué bajo la etiqueta de “anormal”.

La percepción de la pequeñez y sus problemas

 La investigación llevada a cabo por Zhang reveló que entre los encuestados, la mayoría afirmó que consideraba su tamaño dentro del promedio y  rechazó la idea  de “un pene más grande es el mejor”. Sin embargo, si se les daba a elegir entre ser más alto y tener un pene pequeño (8cm) o ser más bajo con un pene más grande (12cm) la mayoría  prefirió la segunda opción.  A primera vista, esto demuestra una incongruencia y una disconformidad con el tamaño promedio, hay una búsqueda constante por “algo más”.

También observó que la incomodidad y disconformidad  con el tamaño sucedía al efectuar comparaciones en ámbitos como vestuarios y duchas, descartando al encuentro sexual como responsable. Además, más de la mitad de los hombres consultados (60%) respondió  que los occidentales tienen un miembro viril más grande que el de ellos.  De esta manera, se construye una “percepción de la pequeñez”. La misma afecta al varón chino pudiendo desencadenar lo que se conoce como “síndrome del pene pequeño” (PDD). Quienes la padecen no tienen un “micro pene” pero así lo perciben, generándose una obsesión con el tamaño. Entre los síntomas más  graves  esta la dificultad para tener relaciones, disfunción eréctil, depresión y necesidad de una constante comparación de su miembro con el de otros. En otras palabras, este síndrome se basa en una ansiedad por el tamaño (size anxiety).

Pero existe otro factor clave causante de esta ansiedad: la pornografía. Se trata de producciones occidentales  que han  dado a los espectadores mundiales, entre ellos asiáticos, la imagen de cuerpos ideales de hombres y mujeres así  como una representación del sexo en ocasiones  bastante distorsionada de la realidad. De esta forma, el varón chino  crea la imagen del hombre occidental con un miembro viril de gran tamaño. Zhang subraya que si bien pudo haber existido una ansiedad esencializada en cuanto hay registros de una disconformidad o preocupación histórica por el tamaño, en realidad en la modernidad se asiste, en parte gracias a la pornografía, a un “complejo” por el tamaño.  Por lo tanto, para  Keith McMahon, sinólogo de la Universidad de Princeton y de Kansas, en la modernidad muchos hombres desean tener un pene más grande para triunfar en la competencia masculina.

A pesar de todo lo dicho, no todo es una cuestión de percepciones o sentimientos.  En la actualidad, existe la mirada prevaleciente de que todo asiático, incluyendo al chino, posee un pene demasiado pequeño. Esta idea no hace más que encasillar o absolutizar el cuerpo de todos los hombres asiáticos, casi como una suerte de prisión en la que, sumado a otros factores, es objeto de burlas, discriminación y hasta desprecio generalizado. La imagen de un hombre menos masculino vuelve a aparecer en escena para aplicar en  este caso.

En 2012, el periodista deportivo  de FOXSports  Jason Whitlock  realizó un tweet racista tras la victoria del jugador de básquet Jeremy Lin (林書), en el cual afirmaba: “Some lucky lady in NYC is gonna feel a couple inches of pain tonight” (alguna dama afortunada sentirá un par de pulgadas de dolor esta noche). Luego del escándalo ocasionado,  Whitlock  debió pedir perdón por su desafortunado comentario. Por otro lado, este evento desafortunado llevó  a un estudiante universitario de Berkeley  a inspirarse en su nombre a la hora de elegir un seudónimo para incursionar en el mundo del cine para adultos.  Como ciudadano estadounidense de ascendencia asiática, Jeremy Long en numerosas  entrevistas reveló que existe una imagen distorsionada y estereotipada de los hombres asiáticos, en la que los medios los representan de una manera horrible. Uno de estos estereotipos dominantes es el de poco atractivo e incapaz de relacionarse afectiva o sexualmente.  Básicamente, trata de mostrar un lado “B” en  esta industria en donde un asiático o descendiente  pueda destacar a la misma altura que un occidental, mostrando que la cuestión del “tamaño” en  muchas ocasiones es un verdadero mito, como en su caso (20cm).

Para concluir, resulta interesante tomar las palabras de Frantz Fanon, psiquiatra y filósofo francés caribeño, autor de la famosa obra Los condenados de la Tierra entre otras. Fanon teoriza sobre los efectos nefastos del colonialismo europeo y  la construcción del hombre negro como una “bestia incontrolable” e “hipersexual”.  En otros términos, sostiene que no existe una consciencia sobre el negro sino solo de su pene, por lo que el hombre de esta raza es “eclipsado”. Esta manera de plantear una sincronización entre cuerpo, raza y sexualidad puede trasladarse al caso chino. El  varón chino se vuelve el polo opuesto, es decir, sumiso, afeminado, físicamente débil y  poco atractivo donde el miembro viril destaca pero por la caracterización de su pequeño tamaño.

Finalmente, Everett  Zhang  observa con sagacidad que en nuestros días, frente a una China en completo ascenso, donde demuestra constantemente su grandeza en todos los aspectos, tanto científico, tecnológico, político y educativo, parece que todavía no es capaz de lidiar con la ansiedad de la pequeñez.  El deseo de grandeza en  el contexto del ascenso chino podría entonces ocultar una “pequeñez” ignorada en la psique. De lo que se trata quizás, es aprender a ser libres, incluso con nuestros cuerpos.