La escuela confuciana y su vigencia en la actualidad china
Foto: Colección Granger, Nueva York vía Wikimedia
La tradicional escuela de pensamiento tiene un rol central en el gobierno de Xi Jinping

En un discurso pronunciado durante la conmemoración del 120 aniversario del nacimiento de Mao Zedong, el presidente Xi Jinping retoma una famosa frase de Mao: “Nosotros los comunistas somos como semillas y el pueblo es como la tierra. Dondequiera que vayamos, debemos estar unidos al pueblo, echar raíces y florecer junto a él”. La enorme importancia de estas palabras consiste -explica el presidente a Wang Cho (27-97 D.C.), filósofo que escribió ampliamente sonre la sprincipales escuelas de pensamiento chino –  en que la fuerza de un partido está determinada por el apoyo popular y “es el pueblo quien mejor sabe si un decreto es bueno o no”.  En este discurso, el presidente Xi, ilumina una frase de Mao con otra de la tradición cultural china.  Y este es solamente un ejemplo entre muchos: en sus declaraciones públicas, es común escuchar a Xi Jinping haciendo referencia al confucianismo y a los valores de la tradición china. El presidente parece haber encontrado la via para relacionar el marxismo-leninismo-pensamiento de Mao Zedong que caracteriza a la línea ideológica del Partico Comunista Chino con los lineamientos principales de una de las escuelas de pensamiento más importantes de la tradición cultural: el confucianismo.

En su Historia de la filosofía china, Feng Youlan caracteriza esta escuela en detalle.

La Ru jia o escuela de los literatos, es la escuela confuciana. Se les llama “letrados” a los maestros de las obras clásicas antiguas quienes son los portadores de la herencia cultural de la antigüedad. La formación de las escuelas se da en medio de ciertas circunstancias políticas y sociales particulares: durante la dinastía Zhou (1046 A.C- 256 A.C) las casas de los señores feudales eran también centros de irradiación cultural y de estudio en los que había funcionarios que poseían conocimientos especializados. Cuando este sistema feudal comienza a desintegrarse, estos funcionarios culturales, especialistas, se dispersaron y empezaron a vivir a título privado de sus habilidades o especialidades. Entonces, de los especialistas en la enseñanza de las obras clásicas, las ceremonias y la música, que fueron conocidos como ru, surge la escuela de los literatos.  El fundador de la escuela de ru es Confucio, el primer maestro privado de China. Su primera función como maestro fue interpretar para sus discípulos la herencia cultural antigua. La fuente más antigua de sus enseñanzas es el Lunyu, conocido como Analectas. Confucio se veía a sí mismo como un preservador y restaurador de una cultura en declive, alguien que no pretende inventar nada. Así lo leemos en Analectas: “Transmito sin inventar, amo y confío en lo antiguo”.

Las instituciones que Confucio consideraba centrales para la cultura de Zhou son su ceremonia y su música. La ceremonia (li) comprende todos los ritos, costumbres, modales y convenciones, desde los sacrificios a los ancestros hasta el último detalle de la etiqueta social. En Analectas, Confucio concibe al gobierno mismo en términos de ceremonia, a través de la introducción de dos conceptos: Dao (camino) y De (potencia). Dao refiere a la conducta apropiada y a la organización del gobierno, y De refiere al poder para mover a otros sin emplear fuerza física. Algunos intérpretes de Confucio señalan que éste usa el término para referirse al carisma de los Zhou, pero también moraliza y amplía el concepto, que se convierte así en la capacidad para actuar de acuerdo con el Camino y acercar a otros a éste.  En un Estado poseedor del Camino, el gobernante logra la sumisión reverente de todos; y esto con la sola ceremonia y sin necesidad de usar la fuerza, a través de la Potencia que emana de su persona. El Dao como estrategia de gobierno indica que lo primero que hay que hacer para gobernar un Estado es “la rectificación de los nombres”, es decir, “que el gobernante sea gobernante, que el ministro sea ministro, el padre padre y el hijo hijo”. Este famoso pasaje indica que realizar las tareas que a cada uno le corresponden es fundamental para mantener el orden social, por eso es clave que cada persona haga lo que le indican los nombres correctamente empleados. Cada nombre en las relaciones sociales encierra ciertas responsabilidades y deberes. Los términos “gobernante”, “ministro”, “padre” e “hijo” son nombres de esas relaciones sociales y los individuos que llevan estos nombres deben cumplir con las responsabilidades y deberes que les corresponden. En la rectificación de los nombres se encuentra el punto nodal del pensamiento Confuciano con respecto al gobierno.

La  profundización de la reforma, la mejora de la disciplina partidaria para evitar la corrupción y la idea de un destino común del pueblo chino y otros pueblos del mundo, son algunos de los pilares del gobierno de Xi que encuentran en la tradición confuciana el respaldo necesario para que puedan consolidarse como guía del futuro.