

“La franja y la ruta, “un cinturón, una ruta”, “la nueva ruta de la seda” o “iniciativa OBOR” son los nombres con los que se conoce el ambicioso proyecto presentado por el presidente Xi Jinping en octubre de 2013, parte del XIII Plan Quinquenal (2016-2020) y una de las prioridades para la construcción del “sueño chino”.
La iniciativa OBOR (por su sigla en inglés, “one belt, one road”) consiste en una ruta terrestre y una marítima que conectan 68 paises de Asia, Europa y Norte de Africa, conjunto que representa el 35% del comercio global, donde viven 4.4 billones de personas -es decir, el 70% de la población mundial- que aglutinan el 55% del PBI mundial y el 75% de las reservas energéticas globales. La financiación de este proyecto procede de instituciones internacionales -como el AIIB- que representan una alternativa a otros organismos, como el FMI, en los que las economías emergentes no se encuentran propiamente representadas. El proyecto también es una pieza clave para la política exterior china. Por eso los expertos coinciden en que la dimensión internacional de la iniciativa OBOR es la más importante: China se encamina a ser la primera economía mundial, superando a un Estados Unidos que impulsa, desde la administración Trump, un entorno proteccionista. Esto supone cambios en el esquema de gobernanza mundial y abre el camino para que China lidere el proceso de globalización.
¿Cómo participa Latinoamérica de esta iniciativa?
El presidente Xi Jinping ha declarado que “América Latina es la extensión natural de la ruta”. Hay actualmente distintos proyectos en marcha que forman parte de la iniciativa, como el tendido del cable submarino Camerún-Brasil con vistas a mejorar la conectividad. Pero, sobre todo, hay beneficios concretos para las naciones latinoamericanas con salida directa al Pacífico que además tienen tratados de libre comercio con China (Chile, por ejemplo), lo que augura un intenso flujo comercial vía Pacífico. Para lograr este objetivo, se proyectan 10 corredores biocéanicos, entre los que se incluyen carreteras bioceánicas (en América Central) y ferrocarriles biocéanicos (en América del Sur). También es conocido el interés de China por invertir en espacios libres de contaminación para el desarrollo de una economía verde. A través del Fondo de Inversión Ecológica Ruta de la Seda, las empresas chinas de propiedad estatal se interesan en economías que cuentan con gran dotación de recursos naturales. El 90% de la IED es en recursos naturales, petróleo, gas, cobre y hierro. Argentina (petróleo), Brasil (petróleo y hierro), Perú (petróleo y cobre), Venezuela (petróleo), Chile (cobre).
Durante la cumbre del G-20 de 2016 la RPCH declaró que busca construir una economía global innovadora, dinámica, interconectada e inclusiva, y que para ello es preciso explorar nuevas formas de impulsar el desarrollo y la reforma estructural. Esta visión se completa con la creación del AIIB (Banco Asiático de Inversiones e Infraestructuras), una plataforma privilegiada de cooperación económica que cimenta una nueva arquitectura financiera y pretende desarrollar una estrategia diferente de la que hasta ahora ofrecían las entidades financieras dominadas por los Estados Unidos.
Justamente, en América Latina los actores más fuertes en materia de financiamiento para llevar adelante políticas públicas para el desarrollo fueron el BID, el BM y el CAF. Sin embargo, en los últimos años (período 2005-2016) los préstamos realizados por estas instituciones fueron ampliamente superados por las instituciones de financiamiento chinas.
El AIIB tiene 57 miembros fundadores, regionales y extra regionales, que incluye a Brasil. La mayor participación del capital corresponde a socios regionales y la participación accionaria no solo define el monto de integración a realizar a la institución sino también el poder de voto cuando se lleva adelante una votación para la realización de proyectos, como lo establecen las normas del estatuto. Es fundamental para America Latina formar parte del AIIB y ya es alentador contar con varios países latinoamericanos como potenciales miembros a futuro: Argentina, Bolivia, Chile, Perú y Venezuela, entre otros.