

A más de 150 años de la masacre que se llevó la vida de al menos 18 ciudadanos chinos de Los Ángeles, la antedicha ciudad ha solicitado ideas para conmemorar este evento y crear conciencia en torno al racismo y la violencia. El resultado de esta iniciativa aun no es claro o públicamente visible a pesar de que la fecha del aniversario ha llegado.
La pandemia ha despertado nuevamente sentimientos anti-chinos, largamente arraigados en la historia, haciendo de la reflexión y concientización ejercicios cada vez más necesarios. A pesar de ello, la masacre de Los Ángeles no es ampliamente conocida o recordada, y con el paso del tiempo, su conmemoración fue quedando reducida a los círculos comunitarios.
En ocasión del aniversario de la tragedia, El museo Chino Americano ha organizado una serie de actividades conmemorativas tanto en persona como online. Las mismas incluyen paneles conformados por académicos, activistas y referentes de la comunidad china en la costa oeste de los Estados Unidos.
Los eventos del 24 de octubre de 1871.
La calle popularmente denominada “Negro Alley” en Los Ángeles, conducía a la zona comercial de la ciudad. Los periódicos de la época la describen como de aspecto antiguo, descuidado, y en claro contraste con el resto del paisaje urbano. Se la describía como un sitio peligroso, siendo escenario de actividades ilegales. Su mala reputación precedía la conformación de una comunidad china que comenzaría a asentarse en esta zona de la ciudad alrededor de 1860. Sin embargo, la caracterización peyorativa de esta localización no tardaría en entremezclarse con los sentimientos anti-chinos.
Los Ángeles no es el único sitio, ni aquella fue la primera o ultima vez, en que la comunidad china ha sido, injustificadamente, asociada a áreas marginadas. Basta recordar que el barrio español denominado El Raval, fue por mucho tiempo conocido como “barrio chino” y caracterizado como uno de los sitios más peligrosos de Barcelona, sin que dicha denominación encontrara correlato alguno con la demografía.
Luego de que un hombre blanco fuera asesinado en un fuego cruzado como resultado de una disputa ocurrida en comercios chinos en “Negro Alley”, una turba de alrededor de 500 personas atacó ferozmente a la población china del lugar. Las victimas incluyeron un joven de 15 años, profesionales, personas recién llegadas a los Estados Unidos y en ningún punto vinculadas a los eventos previos. Algunos fueron colgados y otros golpeados hasta provocarles la muerte.
Estos eventos quedaron impunes a pesar de haber sido llevados a la Justicia. En 1950 la Corte Suprema de California dictaminó en un fallo que los ciudadanos chinos y chino-americanos no tenían derecho a testificar en contra de ciudadanos blancos. Esta fue una de las razones por las cuales muy pocos perpetradores fueron llevados a juicio (10 en total), un número menor de ellos fueron condenados (solo 8), y ninguno debió cumplir la condena de forma efectiva.
Ningún hecho de violencia es lejano o ajeno cuando se busca trabajar en pos del respeto. Si la construcción de la paz es un esfuerzo colectivo, recordar aquellos eventos que no deseamos se repitan, también lo es.