La mitad de China es de clase media
Foto: Business Traveller
En 2020 en China se alcanzaron los 700 millones de habitantes que pertenecen a la clase media. ¿Qué desafíos implica para el país? ¿Qué relación puede tener este dato con el vínculo con EE.UU.?

Entre las múltiples fuerzas que dan forma a la transformación interna de China y su explosión en el escenario mundial, resulta particularmente significativo el rápido surgimiento y crecimiento de la clase media en el país. La caricatura de la República Popular como un aparato comunista monolítico antiguo, obsesionado con imponer su ideología y modelo de desarrollo ha resultado por lo menos simplista. Anulando la diversidad, heterogeneidad, elasticidad y la pronta respuesta que la China contemporánea ha demostrado tener en temas de actualidad. 

Los analistas internacionales (FMI, Statista, Brookings, Academia de Ciencias Sociales China, por mencionar algunos) coinciden en la relevancia de mirar en detalle la composición de la clase media oriental, así como en mesurarla. En el año 2020 se estima ha llegado a los 700 millones.

¿Por qué resulta importante prestar atención a este fenómeno? A juzgar por la proporción y el impacto acontecido, resulta de interés tomarse el tiempo de mirar qué quieren esos 700 millones de personas del mundo. 

Basándose en la investigación empírica de ámbitos de la educación superior, arte de vanguardia, arquitectura y derecho, el sinólogo y analista internacional Cheng Li acaba de publicar “La clase media de Shanghái”. Allí, destaca el constructivo impacto de los intercambios bilaterales y, mezclando historias humanas con análisis de datos, aborda la posibilidad de que el desarrollo de la estructura de clases y la cultura cosmopolita de China, ejemplificada y en cierto modo dirigida por Shanghai, podría proporcionar una fuerza para remodelar el compromiso entre Estados Unidos y China.

Libro “La clase media en Shanghai” de Cheng Li.

Chegn Li enfatiza en que no se debe subestimar el papel y la fuerza de la clase media china, ni excluir o alienarla con políticas que la empujen hacia el nacionalismo. El control político y de los medios sigue prevaleciendo en Shanghai como en otras partes, pero al mismo tiempo, los residentes de clase media en esta ciudad cosmopolita se han vuelto cada vez más exigentes con los productos y servicios homogeneizados y demandan identidad cultural, individualidad y diversidad. 

Los escasos estudios al respecto, identifican demandas ambientales, mejoras alimenticias, y de confort. Hace 70 años, el noventa por ciento de la clase media se hallaba en Europa y América del Norte, hoy, el acceso a movilidad, vivienda, ocio y demás mejoras en la calidad de vida tiene su epicentro en el gigante asiático. 

¿Qué hará China con eso? ¿Qué impacto tendrá en los allí llamados “cien viejos apellidos” 老百姓 lǎobǎixìng (gente común) que vienen detrás. Y, mejor aún ¿Cómo interactuaron y lo harán con el resto del mundo?