“La tierra es el fundamento del Estado”: la integridad territorial en la literatura clásica china
El concepto de integridad territorial continúa ganando centralidad en el debate sobre las relaciones internacionales. Desde la antigüedad, los intelectuales chinos se interrogaron acerca de su importancia para la constitución del Estado.

El “Arte de la Guerra” de Sun Tzu, célebre tratado de estrategia militar, relata una anécdota para ilustrar los motivos legítimos del uso de la fuerza. Hacia fines de la dinastía Qin, en el Siglo 2 a.C., un líder de los pueblos Xiongnu llamado Mo Dun ascendió al trono y rápidamente fue presionado por sus vecinos, quienes especulaban con su juventud e inexperiencia. Para mantener la paz, la nación rival de los Donghu le exigió como condición que entregara el famoso caballo de su padre, a lo que Mo Dun accedió. Luego requirieron una de las princesas de su corte, y Mo Dun nuevamente concedió este deseo. Por último los Donghu le reclamaron unas tierras fronterizas, infértiles y de poco valor.

 

En cada oportunidad el joven regente había pedido el consejo de sus ministros, quienes reaccionaban ante los insultos demandando comenzar una guerra. Pero Mo Dun había señalado la imprudencia de conducirse por la ira, mostrando tolerancia e incluso debilidad. Tras la última exigencia volvió a convocar a sus consejeros, quienes le sugirieron abandonar esas posesiones. “La tierra es el fundamento del Estado”, exclamó indignado, y reunió a su ejército para atacar a los inadvertidos Donghu. Luego de vencerlos emprendió la conquista de los territorios ancestrales de su pueblo, alcanzando a recuperarlos en toda su extensión.

Captura del fragmento en el relato del libro

Contextualizar la historia de Mo Dun nos permite comprender por qué sirve para explicar la importancia de la integridad territorial. Los pueblos Xiongnu mantenían en aquella época una relación hostil contra China, que había construido la Gran Muralla para contenerlos en el norte. Su enemistad provenía de un antiguo y permanente conflicto por la tierra, donde los nómadas Xiongnu dedicados a la cría de ganado perdían cada vez más territorio a manos de los chinos, abocados a la agricultura del arroz. Por este motivo la posesión de la tierra era un concepto arbitrario para la cultura de los Xiongnu, acostumbrados a desplazarse por los límites naturales de la estepa.

La inclusión de este episodio en el “Arte de la Guerra” pertenece a un comentario del poeta y erudito Du Mu, catorce siglos posterior a la época de Sun Tzu. Desde aquel comentario hasta la actualidad transcurren otros 1.200 años, lo que nos permite tomar dimensión de una extensa y contínua tradición de intelectuales dedicados a comprender la política en China. Para occidente, la noción de integridad territorial surge recién a partir del siglo XVI, entre la caída de las grandes casas dinásticas de Europa y el posterior surgimiento de los Estado-Nación modernos.

Actualmente este concepto es una idea fundamental para el derecho internacional, y hace posible la existencia de relaciones armónicas entre los Estados independientes. Junto con el principio de libre autodeterminación de los pueblos, que defiende su derecho para darse a sí mismos la forma de gobierno que deseen, la integridad territorial es uno de los pilares que definen al concepto de soberanía. Este principio es a su vez una de las bases para el orden jurídico postcolonial, decretado en la resolución 1514 de la Asamblea General de ONU en 1960, que en su VI punto señala: “Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas”.

Territorios de la dinastía Habsburgo en el siglo XVI

La vigencia de este derecho es resultado de los esfuerzos diplomáticos posteriores a la 2da Guerra Mundial, que buscaban desarrollar mecanismos para la resolución pacífica de los conflictos entre países. A pesar de ello, las disputas territoriales continúan generando tensión a nivel global y son observadas cada vez con más preocupación por los analistas internacionales. Recientemente, la política separatista de la isla de Taiwán, respaldada por Estados Unidos, ha sido señalada como un ataque contra la integridad de la república china. Conflictos tan apartados como la guerra de Ucrania o el reclamo argentino por las Islas Malvinas también comparten en su raíz la apelación hacia este principio.

La relación interdependiente entre el sentimiento identitario de una nación con su territorio y la constitución de un proyecto de Estado es materia de interés para las ciencias políticas modernas. Sin embargo, este principio ya era comentado y analizado por quienes estudiaban la cuestión pública en la antigua China, y lo continuó siendo de manera ininterrumpida hasta nuestros días. Al margen de las incertidumbres que se abren de cara al futuro próximo, todo indica que el concepto de integridad territorial continuará siendo un elemento central para la historia del Siglo XXI.