La tradición de la homosexualidad masculina en China
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Un breve recorrido por la homosexualidad masculina en la antigua China. ¿Cómo se desarrollaron estos vínculos afectivos y sexuales durante el periodo de las dinastías? Y mucho más.

Una mirada al pasado de la historia de la civilización nos demuestra una mayor comprensión y tolerancia respecto a las maneras de vivir la sexualidad de cada individuo. Ejemplos de ello se encuentran dispersos en latitudes tan diferentes como lo es la antigua Grecia, el Imperio Romano, algunas comunidades indígenas de América, los celtas y en especial, diversas sociedades de Asia. En este caso trataremos de entender cómo se construyó la experiencia de la homosexualidad desde la época imperial y sus primeras dinastías. ¿Qué es lo que la historia de China tiene para decirle al mundo sobre la diversidad sexual y específicamente sobre la homosexualidad?

Antes que nada, es necesario advertir que existen cientos de relatos por lo que es prácticamente imposible tratar todos en este artículo. Solamente se tomaran algunos a modo de simples ejemplos. Sin embargo, este recordatorio no deja de ser importante a los fines de comprender la magnitud de la situación. Tampoco se hará mención al lesbianismo y su práctica, ya que merece un artículo aparte, aunque no existe tanta bibliografía al respecto.

Para comenzar, debemos remontarnos a los inicios de China. La dinastía Zhou (1122 a 256 a.C) es tomada como base por los registros más antiguos en esta temática. La poesía es un género literario utilizado para expresar las costumbres de época, las relaciones entre las diferentes clases sociales, los problemas cotidianos, entre otras situaciones. Una de las obras más emblemáticas es “El Clásico de las Odas” (Shi Jing) cuyos poemas  describen por ejemplo, la camaradería intima entre guerreros, la admiración mutua y hasta relaciones afectivas entre dos hombres.

Una particularidad que se destaca es la ambigüedad de ciertos términos, como “mei ren” que significa “hermosa persona”, normalmente utilizado para mujer, pero también hay discrepancias que señalan que se utilizaba para referirse a un hombre. De por sí el idioma chino ya presenta características de ambigüedades y confusiones en algunos sustantivos y pronombres, a diferencia de otros como el español. En chino, “ta” se refiere oralmente a hombre pero también a mujer, solo se distinguen en su escritura y esto último fue solo un agregado reciente hecho por Xun Lu.

Otro relato es el del “árbol de la almohada compartida”.  Se trata de un joven apuesto y culto de nombre Pan Zhang, muy apreciado por todos. Cuando Wang Zhongxian oyó de él, fue a conocerlo y le pidió que estudiaran juntos. Automáticamente cayeron enamorados uno del otro y el relato destaca que su amor fue como el de un marido y esposa, por lo que llegaron a compartir el mismo cubrecama y almohada con una intimidad entre ellos que no tenía límites. Tiempo después, ambos fallecen y sus muertes causaron un lamento generalizado. Cuando fueron enterrados juntos en la montaña Lufu, en el pico un árbol con grandes ramas frondosas creció sorpresivamente. Todas ellas están abrazas una a la otra, el hecho llevó a que la gente lo considerase un milagro y de ahí viene el nombre de “árbol de la almohada compartida”. Aquí se puede observar claramente una analogía construida entre el amor homosexual y el matrimonio heterosexual.

Han Fei Zi, antiguo filosofo chino legalista en su obra revela un caso de amor entre el Duque Ling del Estado de Wei (534-493 a C) con Mizi Xia. De acuerdo con la historia, Mizi Xia se enteró que su madre estaba enferma, así que falsificó una orden del gobernador para usar su carro y fue a verla. Quien usara el carro oficial se sometía a la pena de que cortaran sus pies. Cuando el gobernador se enteró de esto, solo lo elogió diciendo ¡Cuanta piedad filial!. De esta forma, Mizi Xia ganó rápidamente la atención. En otra ocasión, ambos estaban en una huerta y al encontrar un durazno muy dulce cortó la mitad y se lo entregó al gobernador, quien exclamó: ¡Cuan sincero es tu amor por mí! Olvidaste tu propio apetito y solo piensas en darme algo bueno para comer”. Desde entonces, la expresión compartir el durazno o “yun-tao” se usó para referirse a un caso de homosexualidad masculina.

Avanzando en el tiempo, la dinastía Han ofrece (206- 220 d. C) dividida en dos periodos: Han Anterior (Han Occidental) y Han Posterior  (Han Oriental). Esta dinastía  resulta llamativa por la frecuencia de las relaciones del mismo sexo  y los registros que han perdurado  en los textos. Así, por ejemplo, de acuerdo con Fang Fu Ruan, académico que estudió la sexualidad china, en esta dinastía diez de los once emperadores tuvieran al menos un amante homosexual o expresaran alguna inclinación homosexual.

En esta época, surge uno de los relatos más emblemáticos o icónicos sobre el tema, que da lugar a la expresión “maga cortada” (“tuanhsiu”). Según se cuenta, el Emperador Ai tenía una relación con Dong Xian. Un día, estaban durmiendo juntos y su manga de su atuendo real estaba extendido sobre Dong. Cuando el emperador quiso levantarse, notó que su amante seguía dormido por lo que no quiso despertarlo y para ello corto su  propia manga. Su amor llegó muy lejos.

Un famoso poema titulado “el vuelo del pavo real” utiliza nuevamente  la imagen del entrelazamiento para describir un amor entre  una pareja heterosexual, se apela nuevamente a la naturaleza, lo que lo hace muy similar al relato del “árbol de la almohada compartida”. En este caso,  se trata de dos amantes que cometen suicidio debido a una separación forzosa, sus familias los queman juntos y plantan dos árboles sobre sus tumbas: un pino y  un cedro. Las ramas de ambos arboles quedan luego entrelazadas.  El auto desconocido del poema se vale de una historia previa, lo que demuestra la convergencia de los ideales románticos homosexuales y heterosexuales y la influencia o reconocimiento que los primeros tenían.

Para terminar de hablar de esta dinastía, es obligatorio hablar sobre la presencia de los “favoritos” en el ámbito imperial y el poder que ejercían. Se trata de hombres quienes intencionalmente o no, se ganaron favores y hasta el amor del emperador de turno. Si bien la historia tradicional, habla sobre el peso que algunas mujeres podían llegar a tener ascendiendo socialmente y conquistando al rey o emperador (como en el Imperio Otomano), el rol del varón queda invisibilizado. El primer emperador de esta dinastía fue Gaozu (o Gao) que gobernó entre 206-195 a.C. Cuando cayó enfermo, temió que pudieran derrocarlo por lo que recluyó en el palacio, donde fue asistido por un eunuco. Cuando su amado Fan Kuai lo convenció de abandonar el aislamiento, la crisis política terminó. Esto llevó a que el emperador recompensara a Fan Kuai con riquezas, amor y sobre todo poder. De este modo, la idea del “favorito” saltó a la escena  rápidamente captando la atención  y quedando como “trepadores” aquellos que lograban aumentar su estatus.

Ya la teoría política china de la antigüedad realiza una condena al uso del sexo y las apariencias para obtener ventajas y ascenso político. Por ejemplo, el “Clásico de los Documentos” o “Clásico de la historia” ( Shu Jing) que data del siglo IV a.C, advierte a las autoridades políticas sobre las vías que llevan a la ruina de un Estado y  entre muchas otras, cita la acción de “familiarizar con jóvenes sinvergüenzas”  lo que lleva al “camino del desorden”. Hasta incluso el propio filosofo Mozi advierte con gran detalle sobre el favoritismo como amenaza del buen gobierno.

Hasta este punto de la historia, debemos hacer un par de aclaraciones.  Primero, la mayoría de los relatos  abarcan a la nobleza y los Emperadores, es decir, el sector más alto de la sociedad china. En segundo lugar, cuando se habla de estas relaciones se puede observar que no existen etiquetas o categorías exactas para describir la orientación sexual de un individuo (a diferencia de nuestra época) sino que más bien se concentran en los vínculos y sentimientos que experimentan las partes. Tercero, las convenciones sociales establecían incluso en el plano afectivo-sexual, adoptar una actitud sumisa o pasiva para aquel de un estrato más bajo y una actitud más dominante y activa para aquel de rango más alto.  Cuarto, al no existir una doctrina religiosa como el cristianismo en Occidente, hubo mayores libertades dado que no existía una condena explícita sobre la homosexualidad.

Posteriormente, en la dinastía Ming  (1264-1644) encontramos la introducción de la idea de matrimonio homosexual. El escritor Li Yu, autor de la obra “Las doce estructuras” (Shier lou) o “Las doce torres”, menciona la ciudad de Fujian y explica que “es la principal región donde se vive la pasión entre los hombres” donde dos hombres  “se vuelven marido y mujer”.

Yu describe la historia de Jifang,  un inteligente y atractivo joven académico quien siguiendo los mandatos sociales, contrae matrimonio con una mujer. Su esposa muere al dar a luz a su hijo, dejándolo solo con su crianza. Mientras tanto, todos los hombres de la prefectura son llamados para asistir al festival especial del templo con el objetivo de apaciguar a una deidad. El otro personaje que aparece en escena es Ruiji, un joven hermoso de una familia pobre.

Dado que en el  festival las mujeres no pueden asistir, Ruiji prevé emocionadamente que durante el festival se dará riendas sueltas al placer entre masculinos. Y esto efectivamente sucede: en la reunión hacen un concurso para elegir al hombre más apuesto y publican los nombres de los más atractivos, de modo que Ruiji gana el primer puesto. Jifan cae completamente enamorado de Ruiji, expresándole que quiere casarse con el usando la palabra “qu”, que normalmente es usada para matrimonios heterosexuales.  De esta manera, Jifang va a la casa del padre de Ruiji y le pide la mano de su hijo, lo cual podía llegar a ser bastante costoso porque en algunos casos se debía pagar hasta 500 piezas de oro. Para pagar el precio excepcional, vende toda su tierra. En definitiva, se casan. Es así como ya en la China de las dinastías, la idea de un  “matrimonio igualitario” o entre parejas del mismo sexo ya aparece precozmente.

No obstante, existe una importante diferencia con la actualidad: la obligatoriedad del matrimonio heterosexual. Pese que un hombre demuestre estar interesado en alguien de su mismo sexo, esto no lo excluye de ningún modo del mandato de casarse, formar familia y procrear, lo que es central en la cultura china. Inevitablemente, Ruiji debería dejar su matrimonio para casarse con una mujer, por lo que su unión previa fue una cuestión temporal, momentánea. Volviendo al relato, éste da un giro sorprendente: en devoción al amor profundo que siente por Jifang, Ruiji se castra a sí mismo con la intención de evitar el matrimonio heterosexual y permanecer con Jifang para siempre. Luego, cubre sus pies con vendas y se viste como mujer viviendo con su amado como si fuese una esposa. La historia sigue pero la idea central ya fue expuesta aquí.

Finalmente, existe otro relato importante: el dios conejo (o liebre). China vuelve a dar de que hablar nuevamente al introducir  una deidad que custodia el amor entre los hombres. Si bien estamos acostumbrados a escuchar sobre dioses en civilizaciones politeístas de la antigüedad, la noción de un ser sobrenatural de carácter divino que proteja y vele por el amor homosexual suena bastante extraño y no deja de asombrar. El hecho ocurre en Fujian e involucra a un soldado raso llamado Hu Tiambao y un alto funcionario de gobierno provincial. Cuando el oficial se enamora perdidamente del funcionario, un día se oculta en el baño para observarlo mientras esta desnudo. Cuando se percate de lo sucedido, el soldado es interrogado y bajo tortura confiesa sus sentimientos de afecto. El funcionario sin pensarlo da la orden de ejecutarlo. Un mes después, el difunto vuelve en forma de conejo apareciendo en el sueño de un residente mayor del pueblo. Así, el espíritu ordena la creación de un templo y que prendan incienso para rendirle culto. Desde entonces, muchos matrimonios homosexuales se acercaron allí para rezar y ofrecer sacrificios a la deidad patrona de la homosexualidad. Una pequeña mención merece el corto de ficción “Kiss of the rabbit god” disponible en Youtube, donde el dios conejo regresa al mundo en el siglo XXI para seducir a un mortal.

Hasta aquí la “edad de oro” en la apertura social y las libertades  en torno a la sexualidad china. Pero China también experimentó su decadencia que tiene consecuencias hasta nuestros días. Este nuevo periodo comenzó desde la dinastía Ming y se consolidó con la dinastía Qing.

Existen muchos factores que explican el fin de esta tradición: el endurecimiento del neo-confucianismo y su énfasis en el concepto de “familia”, los conceptos de sexualidad importados por los Manchúes y el rechazo a la “permisividad” en la dinastía Ming (con fuertes penalizaciones y castigos para las relaciones entre el mismo sexo).

La influencia extranjera, sobre todo de los británicos con la victoria en las guerras del opio y su posterior ocupación territorial no puede pasar inadvertida de ningún modo. Como señala  Richard Burger, periodista y Máster de la Universidad de New York, Inglaterra impuso sus leyes homofóbicas a través de la colonización y China no quedo exenta de tales normas. En este sentido, los misioneros cristianos cumplieron un rol clave al transmitir una moral cristiana conservadora en el ámbito de la sexualidad. Por último, se debe mencionar que luego del siglo de las humillaciones, poco a poco China comienza a mirar a Occidente e intenta adaptarse tomando varios de sus parámetros culturales (algo que Japón entendió mucho antes). Es así como se abraza los aportes de la ciencia y las categorías de “normalidad” y “anormalidad” dentro de la sexualidad, hay un cambio en el lenguaje adoptando el discurso occidental sobre la homosexualidad. El término médico “homosexual” para referirse a una patología es lo que ahora impera y no sería borrado hasta finales del siglo XX.