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domingo, diciembre 10, 2023

Lecciones de China para la erradicación de la pobreza: ¿Por qué debemos leer el nuevo Libro Blanco publicado por China?

El martes 6 de abril el gobierno chino publicó un nuevo “Libro Blanco” dedicado a exponer al mundo las políticas llevadas adelante por China para lograr su objetivo de terminar con la pobreza extrema en el país.

Este libro blanco debería ser un material de lectura obligada, tanto para el Sur como para el Norte global. La pobreza sigue siendo un problema estructural en las sociedades contemporáneas, y la misma se ha agravado todavía más con la pandemia de Covid-19. Frente a esto, las lecciones de China son sumamente importantes: China no solo logró hacer crecer su economía, sino que también logró contener la expansión del virus en su territorio y, además, redujo la pobreza. ¿Cómo lo hizo?

Lecciones del nuevo Libro Blanco sobre erradicación de la pobreza

El libro blanco “Alivio de la pobreza: experiencia y contribución de China” nos deja algunas pistas importantes. Si bien es imposible “copiar” cabalmente la propuesta china (estamos hablando de civilizaciones distintas), podemos afirmar que la eliminación de la pobreza en el gigante asiático no se produjo de manera azarosa, ni mucho menos tuvo que ver con la “mano invisible” del mercado que “mágicamente” generó condiciones de igualdad. Tampoco tiene que ver, como señalan los defensores de la «meritocracia con características occidentales», del esfuerzo individual de cada uno de los habitantes pobres de China.

El Libro Blanco comienza recuperando la idea de “sueño chino”, basada en tres grandes pilares: prosperidad económica, rejuvenecimiento nacional y vida mejor y feliz. Estos son los principios que ordenan la política gubernamental de la China contemporánea. En este marco, el libro blanco señala que “el Partido Comunista de China ha tomado la felicidad de las personas y el rejuvenecimiento de la nación como su aspiración desde su fundación, y ha unido y llevado a la gente a luchar por una vida mejor durante décadas”.

En este marco, la pobreza es caracterizada como una “aflicción crónica de la sociedad humana y un desafío común al que se enfrenta el mundo entero”, así como también un “serio impedimento para que las personas busquen una vida mejor”. El libro blanco señala, en este sentido, que “la historia de la humanidad es la historia de la lucha incansable contra la pobreza”.

El Libro Blanco presenta una fecha importante: el 25 de febrero de 2021, como el día en el que China completó la ardua tarea de eliminar la pobreza extrema. Sin embargo, las políticas de mitigación de la pobreza no empezaron ayer. Tampoco iniciaron, como muchos piensan, en 1979 con las políticas de Reforma y Apertura inauguradas por Deng Xiaoping.

Es una realidad que, en los últimos 40 años, la República Popular China sacó de la pobreza a más de 850 millones de personas, contribuyendo con eso no solo a que el índice de pobreza se reduzca del 88,3% en 1980 al 1% en la actualidad, sino que ha contribuido a cumplir con los objetivos de reducción de pobreza establecidos por la Organización de las Naciones Unidas como ningún otro país.

Tasa de incidencia de la pobreza, sobre la base de $1,90 por día (2011 PPA) (% de la población)

Tasa de incidencia de la pobreza, sobre la base de $1,90 por día (2011 PPA) (% de la población)
Fuente: Banco Mundial.

Las políticas de Reforma y Apertura, señala el libro blanco, fueron claves para la erradicación de la pobreza, en tanto “el rápido desarrollo socioeconómico que siguió dio un vigoroso impulso al alivio de la pobreza y provocó una fuerte disminución de la población empobrecida”.

Sin embargo, la eliminación de la pobreza no hubiese podido realizarse sin el basamento previo construido a partir de la Revolución de 1949. Según se señala en el Libro Blanco, “la reforma agraria se implementó en todo el país, aboliendo el sistema de tierras feudal que había perdurado durante más de 2.000 años” y “esto eliminó el principal obstáculo institucional para eliminar la pobreza”. De esta forma, “el establecimiento del sistema socialista (señala el libro blanco) proporcionó una garantía institucional básica para abordar las causas fundamentales de la pobreza”.

Esta es una aclaración importante, que sirve para discutir ciertas lecturas occidentales sobre la historia de China. Si las políticas de alivio de la pobreza no comenzaron en 1979 sino en 1949, las condiciones que generaron las situaciones de pobreza en China no fueron causadas estructuralmente por la Revolución (aunque las políticas conocidas como Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural hayan tenido efectos sumamente negativos en las condiciones de vida de la población china), sino en la ocupación y sometimiento por parte de las potencias coloniales desde mediados del siglo XIX y cuya máxima expresión fueron los Tratados Desiguales firmados luego de las Guerras del Opio.

El ascenso de Xi Jinping como presidente de China le dio un fuerte impulso y, a partir de ello, se establecieron metas específicas para la erradicación de la pobreza. Fue en el XVIII Congreso Nacional del PCCh, en noviembre de 2012, donde las nuevas autoridades del Partido Comunista afirmaron que era la tarea de este tiempo persistir en el concepto de desarrollo tomando al pueblo como centro, ejecutando la estrategia de alivio y eliminación de la pobreza[3].

En noviembre de 2012, Xi Jinping propuso hacer realidad la “revitalización” del pueblo chino, es decir, la superación de las humillaciones a las que había sido sometido el país durante el siglo XIX, recuperar territorios históricamente propios, lograr la independencia económica mediante el desarrollo de la ciencia y la tecnología, lograr una fuerte capacidad militar defensiva y construir una sociedad moderadamente próspera para mediados de siglo. Para lograr estos puntos, se estableció como uno de los objetivos prioritarios la erradicación de la pobreza para inicios de la década de 2020.

Para llevar adelante estos objetivos, se realizaron distintas acciones, muchas de las cuales se sistematizaron en un documento publicado en 2015 y titulado “Decisión de ganar la batalla del acometimiento de lo más duro en la lucha contra la pobreza”. Además, ya en 2014 se habían enviado 800.000 investigadores a diferentes aldeas en el interior del país y se crearon archivos individuales con el fin de elaborar diferentes planes de ayuda específicos para cada uno. Debido a la heterogeneidad de las causas de la pobreza en las distintas áreas de China, Xi Jinping sostuvo que debían aplicarse políticas focalizadas a manera de “riego por goteo” y “terapia dirigida”, en lugar de introducir políticas generales indiscriminadamente. Entre estas políticas, se destacan la de consolidar las industrias regionales y locales tradicionales, desarrollas industrias características y expandir las industrias emergentes. Recordemos que China no solo es un país con 1.400 millones de habitantes, sino que es extremadamente heterogéneo en su interior: existen zonas costeras de gran dinamismo económico, zonas montañosas donde la actividad económica es dificultosa y zonas desérticas; la población china, además, se compone de 55 grupos étnicos minoritarios, cada uno con cosmovisiones, tradiciones y formas de interpretar el bienestar comunitario diferentes. En este marco, las políticas de erradicación de la pobreza debían adecuarse a este componente diverso de la nación china.

Para llevar adelante estas políticas, primariamente se establecieron «Esfuerzos específicos en seis áreas«: 1) identificar el pobres con precisión, 2) organizar programas específicos, 3) utilizar los recursos de manera eficiente, 4) tomar medidas en el hogar, 5) enviar a los primeros secretarios del Partido en función de las condiciones de la aldea y 5) lograr los objetivos establecidos. A su vez, según el Libro Blanco, las políticas de erradicación se la pobreza se estructuraron en torno a «Cinco medidas»: 1) impulsar la economía para brindar más oportunidades laborales, 2) reubicar a las personas pobres de áreas inhóspitas, 3) compensar las pérdidas económicas asociadas con la reducción del daño ecológico, 4) mejorar la educación en áreas empobrecidas y 5) proporcionar subsidios de subsistencia para aquellos que no pueden librarse de la pobreza solo con sus propios esfuerzos. Finalmente, la política china estuvo orientada en función de «Cinco preguntas»: 1) quién debe ayudar, 2) a quién se debe ayudar, 3) cómo ayudar, 4) cómo evaluar si alguien ha salido de la pobreza y 5) cómo garantizar que esas personas se mantengan libres de pobreza.

Xi Jinping señaló que uno de los elementos a evitar era el “formalismo” y, en este marco, el plan de alivio de la pobreza debía tener un fuerte componente pragmático: un proceso sólido, con resultados verdaderos, y con un sistema de evaluación e inspecciones rigurosas.

El plan de alivio de la pobreza consistió principalmente en los ejes conocidos como “dos despreocupaciones y tres garantías” (两不愁三保障), que comprenden eliminar la preocupación por la alimentación y la vestimenta, y garantizar la educación básica, la seguridad médica básica y la vivienda confortable y segura. El plan para el alivio de la pobreza, a su vez, implicó la complementación de diferentes políticas según las realidades particulares de cada zona, aldea o familia. Esto incluyó el uso de fondos nacionales de alivio y erradicación de pobreza, fondos sociales, desarrollar el espíritu de autosuficiencia y la labor de los cuadros del partido que se desplazaron a las zonas pobres.

Esto último esta especialmente resaltado en el Libro Blanco y resulta un elemento importante, muchas veces invisibilizado por la prensa occidental: Si bien la planificación estatal cumple un rol fundamental, «las organizaciones de base del Partido Comunista Chino (así como también de otros Partidos) son la piedra angular  y desempeñan un papel clave a la hora de garantizar que se implementen las decisiones y planes de alivio de la pobreza«. Es decir, no hay eliminación de la pobreza sin una aguda planificación estatal, pero tampoco hay alivio de la pobreza sin un trabajo creativo, audaz y comprometido de la militancia y las organizaciones de base del Partido.

Tabla: Mejora del nivel de vida del pueblo chino

Fuente: White Paper: China and the World in the New Era.

Como expusimos arriba, un aspecto importante en el plan de alivio de la pobreza es la educación. En una carta escrita en 2015, el presidente Xi señaló como una tarea importante garantizar que los niños que habitan en las zonas pobres tengan acceso a una buena educación para que puedan progresar y no sigan teniendo una vida de pobreza.

A su vez, uno de los elementos centrales en este plan fue la construcción de obras de infraestructura necesarias para mejorar la calidad de vida. En este marco, en la provincia de Gansu se construyeron autopistas, líneas ferroviarias, altos puentes que conectan grandes valles, plantas de generación de energía eólica y solar, etc. En Guizhou se construyó el Puente de Liupanshui (el más alto del mundo) y en Yunnan el Puente Pulite (el tercero más alto del mundo). La construcción de estos nuevos puentes facilita el comercio para los agricultores locales, los cuales, a través de los trenes de alta velocidad, pueden trasladar sus cosechas a las grandes ciudades a bajo costo y a gran velocidad.

Otro de los ejes importantes sobre los que se puso atención fue el de los posibles actos de corrupción, a los que Xi Jinping calificó como “actos criminales”. Esto habilitó un mayor control sobre los recursos destinados a las políticas de alivio de la pobreza, así como un castigo a los actos de defraudación.

El libro blanco señala un elemento interesante a tener en cuenta a la hora de encarar políticas para la erradicación de la pobreza: «La batalla contra la pobreza es una revolución profunda y una victoria total tanto a nivel material como teórico«. Es decir, sacar de la pobreza a 800 millones de personas no solo implica un mejoramiento de las condiciones materiales de un gran porcentaje de población, sino que además implica elevar espiritualmente a la comunidad. «Los esfuerzos de alivio de la pobreza (señala el Libro Blanco) no solo han ampliado los canales para que los empobrecidos mejoren su bienestar material, sino que también han reavivado su deseo de buscar una vida mejor«, a través de una mayor búsqueda de prosperidad, autosuficiencia e interés por participar de los asuntos colectivos.

Otro dato interesante, presentado por el Libro Blanco, es que las políticas de alivio de la pobreza adoptaron un enfoque con perspectiva de género. En el Libro Blanco se señala que «China se adhiere a la política nacional fundamental de igualdad de género y ve a las mujeres como un objetivo clave en el alivio de la pobreza«; en este marco, se afirma que «China ha dado prioridad a ayudar a las mujeres a aliviar la pobreza y reducir el número de mujeres en la pobreza, otorgando un trato preferencial a las mujeres al formular políticas de alivio de la pobreza, asignar fondos y tomar medidas para resolver los problemas más difíciles, preocupantes y urgentes«. A su vez, también se incorporan planes específicos para niños y niñas, personas mayores y personas con discapacidad.

Finalmente, el Libro Blanco posee un capítulo específico sobre cooperación internacional en materia de erradicación de la pobreza. En primer lugar, el gobierno chino agradece a la comunidad internacional por el apoyo brindado a China en materia de asistencia financiera, conocimiento y asistencia al desarrollo. Según el Libro Blanco, «El pueblo chino siempre recordará el valioso apoyo y asistencia recibidos de la comunidad internacional«, lo que nos marca que China no hubiese podido terminar con la pobreza aislada del resto del mundo. Pero también se refuerza el hecho de que China ha hecho enormes contribuciones a la eliminación de la pobreza en el mundo, no solo a través de su ejemplo, sino a través grandes sumas de dinero en asistencia y financiamiento de proyectos a lo largo y a lo ancho del mundo. De hecho, según el Banco Mundial, sólo la Iniciativa de la Franja y la Ruta ha ayudado a a 7,6 millones de personas a salir de la pobreza extrema y a 32 millones a salir de la pobreza moderada en los países intervinientes.

En base a lo expuesto, podemos afirmar que el plan de erradicación de pobreza llevado adelante por el gobierno chino ha resultado sumamente efectivo, lo que ha permitido no solo mejorar la calidad de vida de millones de habitantes chinos, sino que han resultado un ejemplo para la humanidad sobre la posibilidad certera de construir sociedades justas y prósperas, realizando acciones diversas que comprenden no sólo lo económico, sino también lo educativo, lo sanitario, lo habitacional, la infraestructura, la cultura, etc., poniendo foco en la evaluación de los resultados y en el combate contra la corrupción.

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Licenciado en Sociología. Becario Doctoral del CONICET. Docente UNLP y UNLa. Investigador del Centro de Estudios Chinos (IRI-UNLP) y del Centro de Investigaciones en Política y Economía (CIEPE). Integrante del Grupo de Trabajo de CLACSO "China y el mapa del poder mundial" y "Geopolítica, integración regional y sistema mundial".

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