Prerrequisitos para convertir Argentina en meca del turismo chino
Foto: HostelSur Latam
¿Cómo llenar de turistas chinos los hoteles argentinos y se justifique construir más hoteles? ¿Cómo llenar de estudiantes chinos nuestras universidades y convertirlas en minas de oro? ¿Cómo generar empleo y riqueza en el interior gracias al turismo receptivo chino?

Si por fin Argentina asume una vocación turística y acepta el desafío de convertirse en una potencia turística global, destino preferente de chinos, para con los ingresos del turismo receptivo mejorar los indicadores económicos y de desarrollo de las economías regionales, contribuir a la mejor distribución de la población en el interior, y lograr que la deuda deje de ser un problema, hay tres prerrequisitos indispensables.

De más está decir que por más bienintencionadas que fueron, las diferentes estrategias de desarrollo turístico hasta la irrupción de la pandemia de covid-19 no funcionaron. La gestión Lammens (en la que por fin se ve un cambio de tendencia con respecto a las anteriores) tuvo la desgracia que inaugurarse con la peor crisis turística de la historia, solo comparable con las de las dos guerras mundiales. Para ocupar el lugar que le corresponde a la Argentina entre las potencias turísticas es imprescindible ser creativos, pragmáticos y “cambiar el chip”.

Prerrequisitos:

1. Eliminación de visa para los turistas de China, tanto de la parte continental como la insular. Para aprovechar la ventana de oportunidades que se abrieron con el advenimiento de China como mayor mercado emisor del mundo, precisamente un mercado en el que sí podemos ser competitivos (ya que no es adepto al turismo de sol y playa que es el que más turistas mueve en el resto del mundo, sino al cultural y educativo) es imprescindible tener la “ventaja del primero en mover las piezas” y ser el primer país relativamente grande y de ingresos medio-altos en eliminar el requisito de visa para los turistas y estudiantes chinos. La ventaja del primero en mover es la ventaja competitiva ganada por el primer ocupante significativo de un segmento de mercado, y permite establecer un fuerte posicionamiento en la mente del consumidor con gran reconocimiento de y fidelidad hacia la marca (o destino) así como una ventaja para prepararse y generar recursos y estrategias frente a la posterior irrupción de competidores.

En el caso de Marruecos, uno de los primeros países en eliminar el requisito de dicho visado la llegada de turistas chinos se multiplicó por 18 en tan solo 3 años, entre 2015 y 2018.

Habiendo tantos preconceptos, información desactualizada y noticias falsas en todo lo que respecta al “Imperio del Medio” no está de más informar que el PBI per cápita de China en términos reales es superior, o muy superior al de la mayoría de los países latinoamericanos a los que Argentina no solo no exige visado sino ni siquiera pasaporte. Macao supera los 100.000 dólares de PBI per cápita; Hong Kong, Taiwán, y muchas regiones costeras de China con cientos de millones de habitantes superan en términos reales el ingreso medio de la Unión Europea. A su vez debido a que en ningún otro país hay tanta movilidad social ascendente como en China no solo la tasa de migración actual es prácticamente neutra (26 veces menor a la de Uruguay) sino que además cada vez más antiguos emigrantes están volviendo a su país.

2. Mejorar la conectividad. Argentina está en las antípodas del centro del mundo. Más población vive en un radio de unos pocos miles de kilómetros con centro en algún punto entre China e India que fuera de él. Para llegar desde China a Argentina se necesitan dos vuelos intercontinentales y generalmente dos visas. Aerolíneas Argentinas es la herramienta clave para mejorar la conectividad con Asia. Prepandemia volaba solamente a dos países entre los 10 mayores emisores de turistas, EEUU e Italia; y con ambos Argentina tiene déficit turístico.

Es imprescindible que Aerolíneas concentre vuelos y frecuencias en algún aeropuerto a medio camino con la mayor cantidad de vuelos directos a la mayor cantidad posible de ciudades chinas, que no exija visa para pasajeros en tránsito, y que preferentemente se encuentre en alguno de los principales países emisores de turistas del mundo; si además también funciona como HUB para otros países entre los mayores emisores, entonces es óptimo. El principal aeropuerto de París reúne todas esas condiciones. No solo recibe vuelos directos de diferentes aerolíneas chinas desde 12 ciudades con cientos de millones potenciales visitantes (Beijing, Chengdu, Shanghai, Hong Kong, Qingdao, Guangzhou, Taipei, Chongqing, Guiyang, Shenzhen, Xi’an y Fuzhou) sino que además es un centro de conexión para 5 de los mayores países emisores de turistas de Europa y del mundo (Francia, Reino Unido, Italia, Alemania y Rusia). Aerolíneas debe establecer acuerdos de código compartido con las aerolíneas chinas y todas juntas ofrecer vuelos extremo a extremo con escala en París. De esa manera no solo se establecería una conexión más ágil a más ciudades, con mayor capacidad de transporte sino que además potencialmente las 7 más importantes aerolíneas chinas harán marketing localmente para promocionar las rutas a Argentina.

3. Aunar fuerzas. El desafío es mayúsculo, solo puede llevarse a cabo con una toma de conciencia de todas las estructuras del estado, de las empresas del rubro y de la sociedad civil que establezca el desarrollo del turismo emisivo como un objetivo común.

Es imposible que el Ministerio de Turismo y Deportes pueda solo. Ese ministerio debe ser apoyado y trabajar codo a codo con los de Transportes, Educación, Cultura (que debiera ser de Cultura y Patrimonio como en China), de Ambiente (que maneja los parques nacionales), la Agencia de Administración de Bienes del Estado (que posee numerosos edificios patrimoniales en desuso y en ruinas que podrían ser restaurados y convertidos en hoteles), el Ministerio de Economía (para simplificar el pago pago en línea y con celular), la Secretaría de Medios y

Comunicación Pública (para promocionar y respaldar coproducciones sino-argentinas como sucede en Serbia), la Comisión Nacional de Monumentos (tan indiferente a la demolición de nuestro patrimonio al menos podría presentar candidaturas para Patrimonio Mundial UNESCO y así agenciarse más viajes a París para defenderlas), el Ministerio de Relaciones Exteriores (que además podría abrir el Palacio San Martín al público todos los días), la Embajada en China (de la que el nuevo embajador y su equipo demostraron ser extremadamente expeditivos en medio de la pandemia), con los gobiernos provinciales y locales, cámaras sectoriales, hoteles, aerolíneas, agencias de viajes, universidades públicas y privadas, escuelas de castellano, productoras de cine y audiovisuales, y un largo etcétera.

Fuente: HostelSur Latam