

En nuestro mundo todo requiere energía, nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestra felicidad, nuestros miedos, nuestro optimismo. La energía es indispensable para realizar todo en la vida, para crear una idea, para odiar o amar a alguien.
En un comienzo los chinos denominaron a la Metafísica como “el estudio de aquello que está más allá de las formas” (Xíng’érshàngxué ó 形而上學). Esta designación ha resultado ser un concepto central en la Filosofía China; se originó a partir de su aparición en un pasaje referido a las relaciones de los hexagramas del I Ching o “Libro Clásico de los Cambios” o “Libro de las mutaciones” (Yì jīng ó 易經), que dice: “Lo que está por encima de la forma, se llama Tao; lo que está dentro de la forma, se llama Qì.
El Qì (气) es la energía vital que nos rodea y se encuentra representada por los cinco elementos (Madera, Fuego, Tierra, Metal y Agua). Como veremos más adelante, estas materializaciones interactúan e influencian la naturaleza, en el caso de los seres humanos esa energía se establece en el momento de nuestro nacimiento de acuerdo a la hora/día/mes/año; y afecta nuestra vida, carrera, salud, bienestar, relaciones, personalidad y carácter.
Con seguridad han visto a menudo este símbolo, aunque tal vez desconozcan su verdadero significado y naturaleza:
El símbolo es denominado Tàijí (太極) que representa el Yīn (阴) y el Yáng (阳).
Dichos términos fueron tomados del I Ching (Yì jīng ó 易經, o más conocido como “Libro de las mutaciones”). Dicha cita indica: “Las mutaciones tienen un gran extremo, del que nacen los dos aspectos (el Yīn y el Yáng), de los que a su vez nacen cuatro figuras, de las que a su vez nacen los ocho trigramas que determinan lo favorable y lo desfavorable, y de las que nacen los acontecimientos humanos”.
Como podemos ver en la imagen superior, el Tàijí se divide en 2 (Yīn y Yáng), éstos a su vez se subdividen en 4 de acuerdo a su temporalidad de energía, y éstos se vuelven a subdividir en los elementos que componen los llamados trigramas (3 líneas Yīn o Yáng).
Bajo esta concepción filosófica se establecen los 64 hexagramas que contiene el Yì jīng, por medio de las distintas combinaciones de 2 de los 8 trigramas ilustrados en la imagen. El Tàijí simboliza que nada es absoluto o permanente, así como la polaridad existente en la naturaleza. Donde hay oscuridad, siempre hay luz, donde hay duda, siempre hay claridad, donde hay carencia siempre hay abundancia. Nunca puede haber sólo oscuridad en la vida, siempre habrá un punto de luz, es un recordatorio al ser humano que no siempre estará debajo y no siempre se mantendrá arriba. El Yīn (阴) representa lo negativo, lo pasivo, el principio femenino en la naturaleza, la oscuridad, la suavidad. En cambio Yáng (阳) es lo positivo, lo activo y enérgico, el principio masculino de la naturaleza, la claridad, la dureza.
Este es uno de los principios de la metafísica china, que serán tomados como base por las denominadas “Cinco Artes”… aunque hay muchos conceptos más que se comparten en cada una de ellas…
Continuaremos con las bases de la denominada Metafísica China en los próximos artículos, para adentrarnos en el fascinante mundo de la mística china.