

A pesar de la crisis inmobiliaria y energética que atraviesa China, el tipo de cambio del yuan se muestra con una enorme fortaleza, un fenómeno que no podría ser entendido si no se analiza la balanza por cuenta corriente y financiera del país. El Banco Popular de China (PBOC por sus siglas en inglés) y su más de 3 billones de dólares, lograron controlar por años el tipo de cambio del yuan, manteniéndolo constante a pesar de las fluctuaciones del mercado. En el último período es posible observar una apreciación constante del yuan que se mantiene de forma progresiva con respecto al dólar, rozando el 3% en lo que va de año, un 7% más en relación al euro.
Según la analista jefe de China para Danske Bank, Allan von Mehren, en su informe denominado “La sorprendente fortaleza del yuan” sostiene que, a pesar de que la economía china mantuvo un rendimiento inferior con respecto al del resto del mundo durante los dos últimos trimestre el crecimiento ponderado del yuan con respecto a sus socios comerciales continúa fortaleciéndose a lo largo del año, logrando un aumento de un 10% por arriba desde el punto más bajo del año pasado.
El endurecimiento de su política, la fuerte crisis inmobiliaria, los nuevos brotes de Covid y la escasez de energía, son solo algunos de los factores que ejercieron presión sobre la economía del gigante asiático. Mehren atribuye la fortaleza del yuan a cuatro factores claves que permitieron mantener una demanda fuerte de yuanes: un superávit comercial récord, la fortaleza de la inversión extranjera directa, un déficit en la balanza de servicios menor y la especulación sobre un recorte de los aranceles de EEUU a los productos chinos.
-Superávit comercial: Es consecuencia del aumento de la cuota de exportaciones chinas de bienes utilizados para afrontar la pandemia. Tanto de manera directa, con los equipos y las barbijos. Como indirectas, ya sea equipo medico, computadoras, o teléfonos. Como consecuencia se duplico el superávit comercial chino de bienes de 800.000 millones sobre una base anual.
-Turismo: Una consecuencia de la pandemia es que hay una fuerte disminución de los turistas chinos que viajan alrededor del mundo y por lo tanto de su consumo en el extranjero que deterioraba la balanza de servicios china. Tras el cierre de fronteras este déficit se contrajo de manera significativa, reduciendo las salidas netas de esta fuente en 200.000 millones de dólares anuales.
-Inversión Extranjera Directa: El flujo neto de inversión extranjera directa (IED) en China también se incrementó en los últimos dos años. Al contrario, las inversiones en el exterior de inversores chinos se redujo como consecuencia del aumento de las barreras en EEUU y Europa y una aparente moderación en las inversiones relacionadas con la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
-Especulación sobre posibles recortes arancelarios: La especulación generada por el gobierno norteamericano sobre una posible reducción de aranceles para los bienes y servicios producidos en China y, por lo tanto para el yuan. Unos aranceles más bajos ayudarían a aliviar las presiones inflacionarias tanto en EEUU como en China.
Es posible observar que estos cuatro factores lograron contrarrestar el efecto de la divergencia en la política monetaria y de la desaceleración del crecimiento económico del gigante asiático que llevaban a hablar a favor de un un yuan más débil por parte de algunos analistas.