¿Qué rol podría ocupar China en Afganistán?
Foto: El negociador de los talibanes, el mullah Abdul Ghani Baradar, junto al canciller chino, Wang Yi, en la reunión que sostuvieron en Tianjin. (Li Ran/Xinhua via AP)
Tras la retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, los talibanes ya controlan la mayoría del territorio. Afganistán se reparte entre la simetría con Saigon, lo doctrina islámica, y la disputa geopolítica por sus recursos. ¿Qué rol ocupa China tras la retirada de Estados Unidos de la región?

La disputa entre el Imperio Británico y el de Rusia por Asia Central data del siglo XX y se denomino  “el Gran Juego”. Si bien esta confrontación geopolítica terminó hace más de 100 años,  hoy Afganistán atraviesa una crisis social, política y económica, donde la lucha por el control del país continúa y es consecuencia de un nuevo juego de intereses regionales e internacionales. Luego de 20 años de presencia estadounidense en Afganistán, su retirada hizo que los talibanes se apoderen de todo el territorio, incluida su capital Kabul. Tras abandonar el país, el presidente afgano Ashraf Ghani los talibanes tomaron el control del palacio presidencial, declarando un gobierno provisional.

Son cinco las naciones que mueven fichas en Afganistán, siendo las más importantes Rusia y China. Según declaro el Ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi “China respetará los deseos y elecciones del pueblo afgano” manifestando una voluntad de trabajar con un gobierno liderado por los talibanes en Afganistán. Por su lado el Ministro de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, declaró que: “La situación en Afganistán ya ha experimentado una gran transformación y respetamos los deseos y elecciones del pueblo afgano”.

Mientras los talibanes toman el poder, China busca asegurar sus intereses en Afganistán, donde cuenta con inversiones mineras en ese país, incluido un contrato de 3.000 millones de dólares para desarrollar la mina de cobre de Aynak.  China quiere integrar a Afganistán en su Iniciativa de la la Franja y la Ruta, la gigantesca red de infraestructuras con la que busca conectarse con el resto del mundo. Hasta ahora, Kabul se resistió a participar en la iniciativa para evitar ponerse en el lado contrario de Washington.  Los ingenieros chinos ya están construyendo una autopista entre Peshawar, en la frontera paquistaní, y Kandahar, en el sur, que conformaría el Corredor Económico China-Pakistán, y permitiría abrir una vía de acceso terrestre a mercados como Irán, Turkistán, Uzbekistán y otros países en Asia Central.  Beijing también está construyendo una carretera principal a través del Corredor de Wakhan, una franja de territorio montañoso que conecta la provincia de Xinjiang con Afganistán y continúa hasta Pakistán.

Según un informe de 2014 , Afganistán puede poseer casi un billón de dólares en metales extraíbles de tierras raras encerrados dentro de sus montañas, por lo tanto, una vez completadas, estas nuevas vías deberían permitir a Beijing incrementar el comercio con la región y la extracción de recursos naturales en Afganistán.

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Si bien la frontera entre China y Afganistán es de solamente 76 km, además de los intereses económicos en Afganistán, a Beijing le preocupa que los grupos islamitas que operan en la región de Xinjiang, en el oeste del país, tomen fuerza. “A los chinos les interesa hacer contraterrorismo en Afganistán, debido a las actividades de grupos extremistas uigures en Xinjiang y del Partido Islámico del Turquestán (una organización islamista fundada por yihadistas uigures)”, explica el académico especialista en asuntos estadounidenses en Afganistán y Pakistán,Seth Jones.

Los talibanes ya controlan más del 50% del territorio afgano, particularmente las estratégicas provincias de Kandahar y Badakhshan, por donde pasa el corredor fronterizo de Wakhan que conecta a los dos países y que sirve de retaguardia para los islamistas chinos. “La delegación aseguró a China que no permitirá que nadie use el territorio afgano para atacar a ese país”, dijo el portavoz talibán Mohammed Naeem a la agencia Reuters. Esto se traduce en que los afganos se comprometen a no permitir que el Movimiento Islámico de Turquestán Oriental (ETIM), el grupo radical uigur al que China acusa de cometer actos terroristas para lograr la independencia la región de Xinjiang, se refugie en esa zona. El comunicado chino dice que el ETIM representa una “amenaza directa a la seguridad nacional de China”.