¿Qué son y cómo funcionan las “escuelas de los sábados” en Argentina?
Foto: Nueva Ciudad.
Las nuevas generaciones de “argenchinos” encuentran múltiples modos de revitalizar los valores y tesoros culturales de sus ancestros, entre ellos transmitir el mandarín a las nuevas generaciones nacidas en el país a través de escuelas chinas. En este artículo te contamos como funcionan y por qué las mismas pueden ser un excelente lugar para que vos o tus hijos también aprendan mandarín.

La relevancia de China como actor político y comercial internacional, en particular para América Latina, se hace cada vez más evidente, y con ello la difusión del mandarín y el creciente interés en su estudio. Mientras todos miramos a China y buscamos aprender de su cultura y su lengua, para los descendientes de chinos y taiwaneses en el país, el mandarín cobra nuevos significados. No solo puede implicar una ventaja en el mundo laboral, sino que es una forma de conexión con la familia, con la comunidad, y de ser parte de una tradición. El idioma se transforma en un medio no solo para acceder a mejores oportunidades, sino también para imbuirse en los valores compartidos por la comunidad y entrar en contacto con la herencia cultural.

Es por estas y otras razones que las familias deciden enviar a sus hijos a las “escuelas de los sábados”. Las mismas surgen alrededor de los años ’80 con el propósito de complementar la educación de los descendientes de chinos y taiwaneses escolarizados en el país y por, sobre todo, evitar la pérdida del idioma. Funcionan, como su nombre lo indica, los días sábados desde la mañana hasta la tarde y cubren los niveles desde jardín hasta la finalización de la escuela secundaria. Si bien la enseñanza del mandarín es el principal objetivo de las mismas, hay espacio para clases de otras asignaturas como matemática, historia, y también talleres y actividades culturales de distinto tipo como pintura china, caligrafía, música, danzas, entre otras.

Actualmente en la Ciudad de Buenos Aires existen cinco escuelas vinculadas a la comunidad taiwanesa (Hwa Shin, Gou Feng – ex QuiaLian -, Sin Heng, Fo Guang y Aiyu) que enseñan escritura tradicional, aunque algunas de ellas también incluyen escritura simplificada en sus clases. También la escuela Franklin vinculada a la República Popular China que enseña escritura simplificada y cuenta con varias sedes. A ellas asisten niños y jóvenes de distintos orígenes y con distintos niveles de idioma, incluso argentinos sin raíces chinas interesados en la educación que estas escuelas ofrecen. Si bien las mismas tienen coincidencia en muchos aspectos de su organización y contenidos, cada una presenta particularidades en sus planes de estudio y actividades, aportando diversidad y brindando a las familias posibilidades de elegir la mejor escuela para sus hijos.

Algunas de estas escuelas brindan también apoyo a grupos de estudio en el interior del país, y además de las clases que brindan los sábados, en la semana ofrecen una serie de talleres abiertos a la comunidad, así como cursos de idioma para adultos y también para diversas instituciones que lo solicitan. Por esta razón, las mismas cumplen una función relevante no solo para sus comunidades educativas sino para toda la sociedad.

A la oferta educativa que estas escuelas vienen brindando desde hace más casi cuarenta años, se sumó en 2015 una escuela pública bilingüe chino-argentina que hasta el momento cubre los niveles de la educación primaria con un sistema de inmersión dual en mandarín y español.

Si bien para los estudiantes asistir a las escuelas de los sábados implica una fuente adicional de estudio y por ende de responsabilidades, tareas y menor tiempo libre para el juego, también son espacios de socialización y encuentro con los amigos. A pesar del esfuerzo realizado, muchos graduados recuerdan su experiencia de formación en estas escuelas con agradecimiento. Varios de ellos incluso han hecho del mandarín su profesión, ya sea a través de la enseñanza o la traducción, y otros tantos trabajan hoy en estas mismas escuelas, aportando a las mismas el expertise de sus diferentes profesiones.

Dada la relevancia social de estas escuelas y la creciente importancia del mandarín en el mundo, es posible esperar que las mismas continúen creciendo y contribuyendo a conservar y transmitir parte importante de la herencia idiomática y cultural china.