

El Plan Quinquenal (2016-2020) impulsado por el gobierno Chino, puso como uno de los objetivos principales la reducción de los niveles de polución y la mejora de la calidad medioambiental del país. En consonancia con este objetivo, desde el Ministerio de Ecología y Medio Ambiente se han llevado a cabo esfuerzos para renovar las flotas de autobuses (a gasolina) del transporte público de pasajeros, introduciendo vehículos que utilicen energías limpias (eléctrica). Así es como, en un plazo de tan solo 5 años, China ha logrado que el 60% de los autobuses públicos utilizados, sean a base de energía eléctrica; cuando, en 2015, los autobuses eléctricos eran solo un 20% del total (como informó China.org.cn).
Con este crecimiento, la República Popular ya posee el inventario más grande del mundo de vehículos a energías eléctricas. Sin embargo, el gobierno pretende aun profundizar más el cambio. De hecho, desde el gobierno central, se aprobó un plan para fomentar aún más la industria de vehículos eléctricos y, asimismo, consolidar la construcción de infraestructura apropiada para las nuevas tecnologías limpias.
Con todo esto, China está demostrando su compromiso en respuesta al cambio climático. Y a partir de los últimos Planes Quinquenales se busca transformar el mero crecimiento económico por un desarrollo sustentable y ecológico. Como dato, el uso de combustibles no fósiles representó un 15,3% sobre del total de uso de energías dentro del país; este porcentaje es acorde a las metas propuestas para 2020.