

Los pensadores taoístas y confucionistas utilizaron diferentes expresiones lingüísticas y relatos para hacernos reflexionar y extraer nuestras propias conclusiones.
Uno de los maestros representantes del confucionismo, Mencio (372 a. C. -289 a. C.), relata la historia de una persona que al ver que los brotes sembrados crecían muy lentamente decidió tirar de ellos para hacerlos crecer más rápido. Esta persona no tardaría mucho en darse cuenta de que la decisión tomada no fue la más acertada, ya que los brotes de los que había tirado se secaron. Este relato originó el refrán popular de uso extendido : “bámiáo-zhùzhǎng” (拔苗助长) que literalmente se podría traducir como “tirar de los brotes para ayudarlos a crecer”.
Este refrán se usa en China a menudo para advertir sobre las consecuencias de intervenir prematuramente en el desarrollo natural de los acontecimientos para conseguir un beneficio u objetivo concreto. Esto nos ayuda a entender la importancia de respetar las leyes naturales y la manera que tienen de desarrollarse, lo que se se aplica tanto al ámbito humano como a los elementos que forman el medio natural. En este sentido la tradición taoísta utiliza la expresión “shùn qí zì rán” (顺其自然) para expresar la importancia de “seguir el curso natural de la naturaleza”, igualmente esta expresión nos enseña a no forzar o intervenir en el desarrollo natural de las cosas o acontecimientos.
Un concepto relacionado con la anterior expresión es el de “wúwéi” (无为), el cual ha sido malinterpretado en occidente al entenderlo como “no hacer nada o la no acción”. Aunque este concepto se puede traducir como “la no acción” o “no tener un para qué”, sin embargo la idea principal que quiere transmitir de nuevo es el no intervenir sobre las leyes o el curso natural de las cosas. Más bien se trata de marcarse un objetivo y hacer todo lo posible por conseguirlo de forma paciente y considerando que en ocasiones las leyes naturales del constante cambio nos invitarán a escoger diferentes caminos para llegar a conseguir un mismo objetivo.
En este sentido, el fundador de la corriente filosófica taoísta, Lao Zi (Siglo IV a. C), utiliza el termino “bùzhēng” (不争), traducido literalmente como “no luchar”, para destacar la importancia de no ofrecer resistencia al curso natural de las cosas, adaptarse a las circunstancias y fluir junto con los acontecimientos al igual que lo hace el agua, la cual beneficia a todas las cosas con la máxima bondad sin necesidad de luchar “shàng shàn rú shuǐ” (上善若水).
Es evidente que las antiguas tradiciones chinas nos aconsejan seguir el curso natural de las cosas con paciencia sin intervenir o luchar. Solo con esta actitud de adaptación podremos conseguir nuestras metas y objetivos de manera fácil y sin ningún tipo de contratiempo.