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domingo, diciembre 10, 2023

Siete columnas de mármol saqueadas en 1860 regresan al Antiguo Palacio de Verano

Regresan desde Noruega siete columnas saqueadas durante la quema del Antiguo Palacio de Verano de Nanjing, una de las mayores residencias imperiales de la dinastía Qing.

El proceso de repatriación se extendió desde 2013 hasta junio de 2023. El pasado viernes 13 de octubre, en el Templo Zhengjue del Antiguo Palacio de Verano ubicado en el distrito Haidian de Beijing, fue inaugurada la exhibición de la repatriación de siete pilares de mármol sustraídos hace más de 160 años durante la quema del palacio en el contexto de la Segunda Guerra del Opio en 1860.

Originalmente ubicados en el pabellón de los Palacios Europeos del Yuangminyuan (por su nombre en pinyin del Palacio de Verano, “el Jardín del Perfecto Brillo”), las columnas de entre 80 y 90 centímetros permanecían en posesión del Museo KODE de Arte Decorativo en Bergen, Noruega, cuyo trámite de repatriación comenzó hace diez años y culminó recientemente en junio. Esta inauguración marca así la primera vez que los pilares son públicamente exhibidos en China, y el segundo lote de reliquias mayores que han retornado al país desde la repatriación de un busto de bronce de caballo en 2020, correspondiente a uno de los doce famosos bustos de animales también saqueados desde el Palacio de Verano por tropas británicas y francesas en 1860.

Las piezas, aparentemente en excelente estado de conservación y sin necesidad alguna de restauración, poseen detallados arreglos florales como crisantemos, magnolias, flores de loto, orquídeas, y motivos geométricos en bajorrelieve que representan una fusión entre elementos chinos y occidentales. Pertenecían al que era en ese momento el parque emblemático de la jardinería china, con más de 350 hectáreas, casi 5 veces más grande que la Ciudad Prohibida, convirtiéndose así en una de las principales residencias del emperador.

Esta exhibición destaca el importante valor patriótico y sentimental que significa la devolución de piezas valiosas saqueadas y comercializadas luego de la destructiva Segunda Guerra del Opio, la cual representa una de las tantas heridas en el imaginario colectivo chino causadas por el llamado Siglo de la Humillación. En 1840, tras varios intentos británicos de conseguir del emperador Qing una mayor apertura comercial y una representación diplomática permanente, el Imperio Británico asestó una serie de decisivas victorias militares, una vez que China arrestara y confiscara el opio de los contrabandistas extranjeros, junto a sus colaboradores chinos, quienes insistían en comercializarlo pese a su prohibición. Sin embargo, ante la debilidad de sus capacidades navales y militares, junto con la corrupción, la autocomplacencia y la soberbia de sus funcionarios, la dinastía Qing se vio obligada a firmar con los británicos el primer tratado desigual de Nankín de 1842, dando inicio a un siglo de debilidad política y económica, invasiones, y concesiones comerciales y territoriales, extendiéndose hasta prácticamente la mitad del siglo XX, con la fundación de la República Popular en 1949.

En este contexto de debilidad china, a mediados de la década de 1850, los británicos y otras potencias occidentales continuaron presionando por más apertura comercial y misiones diplomáticas permanentes. Las constantes escaramuzas fueron escalando hasta finalmente desatar la Segunda Guerra del Opio, que culminó nuevamente con una derrota humillante para China con la quema y saqueo del Palacio de Verano en 1860, causando la pérdida de innumerables colecciones artísticas de valor inconmensurable. Fue entonces que estas siete columnas fueron profanadas y comercializadas en el exterior, terminando sus últimos días en el extranjero en Noruega, hasta que en 2013 el empresario Huang Nubo visitó el Museo KODE y, conmovido por estas piezas, comenzó junto con la Administración Nacional del Patrimonio Cultural de China el arduo proceso de repatriación. Luego de las autorizaciones correspondientes del gobierno de Noruega en 2018, y de los atrasos provocados por la pandemia de COVID-19, finalmente en junio de este año las piezas retornaron luego de casi dos siglos a las ruinas del palacio original, hoy parcialmente restaurado para su exhibición.

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