

Huawei es una empresa tecnológica multinacional china fundada en 1987 por Ren Zhengfei, con sede en Shenzhen, provincia de Cantón, en el sureste de China. Esta moderna metrópolis conocida como la “Silicon Valley de China” -sede también de otros gigantes tecnológicos como Tencent, ZTE y DJI- tiene una ventaja logístico-estratégica fundamental: conecta Hong Kong con el territorio continental. Como sabemos, Hong Kong es una Región Administrativa Especial que, junto a Macao, sustenta uno de los grandes leit motiv chinos actuales: “un país, dos sistemas”, frase que refiere a lo que el presidente Xi Jinping muchas veces denominó como “socialismo con características chinas”. Huawei tiene su casa central próxima a uno de los puertos comerciales más importantes del mundo, que junto con el puerto de Shanghai constituyen el epicentro del intercambio comercial chino. Pero ahora, además, Shenzhen es la primer ciudad del mundo en desplegar una red 5G completamente autónoma, según informó el South China Morning Post.
Estamos ante un verdadero gigante tecnológico que, como explicó en los últimos días el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular China, Zhao Lijian; “ha construido más de 1.500 redes en más de 170 países y regiones, ha brindado servicios a 228 compañías de Fortune 500 y ha prestado servicios a más de 3.000 millones de personas en todo el mundo.”
La magnitud de la presencia de Huawei en el tendido de redes y la fabricación de equipos en el todo el mundo (superando el último 30 de julio a su principal competidor, Samsung) es central para entender el rol de esta megaempresa en la guerra comercial entre China y Estados Unidos. El conflicto incluye disputas diplomáticas, el encarcelamiento y pedido de extradición de una de las máximas figuras de la empresa y sanciones comerciales de todo tipo en esta llamada “nueva guerra fría” o “guerra fría 2.0”.
La disputa por el 5G
EL 5G es la nueva tecnología móvil que aumentará la velocidad de conexión, disminuirá la latencia (el tiempo de respuesta de la web) y multiplicará exponencialmente el número de dispositivos conectados. La infraestructura de red de este nuevo entorno tecnológico requiere de la construcción de una gran cantidad de estaciones de 5g, especialmente en entornos urbanos.
Frente al notorio retraso de Estados Unidos en el despliegue de esta tecnología, es China quien está implementando el tendido de esta red, que incluso forma parte del ambicioso plan “Made in China 2025”, el plan mediante el cual el gobierno chino intenta subsanar el retraso relativo en algunas ramas tecnológicas principales. Las empresas chinas llevan colocadas alrededor de 150.000 estaciones de 5G y esperan emplazar cerca de 1 millón en 330 ciudades para fines de 2020. Huawei ofrece la posibilidad de proveer el equipamiento necesario para montar estas redes a bajo costo y a gran escala. Esta ventaja competitiva es difícil de eludir para países en desarrollo que además,pueden contar con los beneficios del financiamiento que ofrece el Estado chino.
La disputa judicial
EL 1 de diciembre de 2018, por pedido de las autoridades estadounidenses la directora financiera de Huawei fue detenida en el aeropuerto de Vancouver acusada de vulnerar las sanciones comerciales aplicadas por Estados Unidos a la República Islámica de Irán. La detención de Meng Wanzhou se produjo el mismo día que el presidente chino Xi Jinping se reunía en suelo argentino con su par estadounidense, Donald Trump, en el marco de la reunión del G20, reunión en la que ambas comitivas negociaron la suspensión temporal del enfrentamiento comercial. El caso de Meng es emblemático, no se trata de la detención de un funcionario cualquiera de una corporación cualquiera, sino la captura de la vicepresidenta, hija del fundador y posible sucesora al frente de Huawei. La empresaria sigue esperando que la justicia canadiense resuelva su pedido de extradición a Estados Unidos, ante el enérgico rechazo de Beijing.
En los últimos días, Estados Unidos anunció aún más restricciones contra Huawei con el objetivo de eliminar todo su acceso a tecnología estadounidense y añadió a 38 afiliados de Huawei a una lista existente de compañías que tienen prohibido recibir algunas tecnologías sensibles estratégicas. Por eso el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores aseguró que “el Gobierno chino adoptará todas las medidas necesarias para salvaguardar con firmeza los derechos e intereses legítimos de las empresas chinas.”