Una década de triunfos respalda la reelección de Xi Jinping
La posibilidad de un tercer período para el actual mandatario se sustenta en el éxito alcanzado por su gestión que se reflejó en un rápido crecimiento y el desarrollo social.

El 16 de octubre el Partido Comunista de China designará sus autoridades de para el próximo período de cinco años, durante el XX Congreso Nacional del PCCh. La alta relevancia de este evento a nivel mundial se encuentra en la renovación del actual Secretario General Xi Jinping para desempeñarse durante un nuevo mandato, lo que lo convertirá en el primer máximo dirigente que se mantiene al frente del Partido por más de dos períodos desde la época de Mao Zedong.

Esta decisión es motivada por una serie de factores internos y externos, que requieren del gobierno toda la estabilidad posible para sobrellevar los nuevos desafíos a los que se enfrenta la potencia de Asia. Pero más allá de las coyunturas, el Presidente Xi cuenta con una lista de méritos que destacan los logros de su conducción durante la última década en materia económica, social y cultural.

El primer logro a destacar, y el más impactante a nivel global, es la erradicación de la extrema pobreza en el territorio nacional. La tendencia del país para garantizar las necesidades estructurales de todos los ciudadanos fue redoblada a partir de la llegada de Xi al poder, luego del XVIII Congreso Nacional del PCCh y el anuncio de un plan para la “revitalización” del país. Este programa, orientado a sectores específicos y minuciosamente auditado, fue clave para impulsar el crecimiento general de la economía. Gracias a ello, durante la última década China logró alcanzar el primer lugar en cuanto al desarrollo de infraestructura crítica para la modernización de su productividad, abarcando desde las redes de transporte de alta velocidad hasta la conexión de 5G a escala nacional. El gobierno anticipa que para 2035 tendrá el liderazgo global en innovación, e implementará tecnología de punta en todas las “áreas clave” de la producción.

Además de los logros alcanzados en materia de desarrollo productivo y humano, otro de los méritos que se destacan dentro de la gestión del Presidente Xi es el avance en la protección ambiental y la recuperación de biodiversidad y bosques nativos. Este aspecto ha sido motivo de gran interés a nivel internacional, ya que los indicadores muestran a China como un país modelo tanto en la descarbonización de su sociedad como en la lucha contra la contaminación industrial.

La categorización de políticas de género como medidas de orden prioritario también alcanzó un alto despliegue durante la última década, buscando avanzar en la igualdad de las mujeres como parte del progreso social de la nación. En la actualidad, la representación política de las mujeres y su participación en los puestos ejecutivos se encuentra en un máximo histórico, promoviendo además la necesidad de trabajar para la igualdad de género a nivel mundial.

Dentro del partido, la figura de Xi ha significado un fortalecimiento para la unidad nacional. En décadas anteriores distintas corrientes de opinión habían llevado al distanciamiento entre sectores, que proponían diferentes sistemas para mejorar la administración del Estado. Gracias a los resultados obtenidos a partir de 2012, el partido de gobierno consolidó la unidad y emprendió desafíos más profundos, como la lucha contra la corrupción o el desarrollo de una nueva perspectiva intelectual para el proyecto de “revitalización” del país.

Finalmente, con la conducción de Xi Jinping China logró superar la crisis mundial por Covid-19, cuyo origen había estado asociado a la ciudad de Wuhan. El impacto de la pandemia sobre la nación oriental fue mitigado gracias a los planes de contingencia y el rápido desarrollo de una vacuna, acompañado por su distribución global para combatir los efectos del contagio en todo el mundo.