

La mitología china ha sido objeto de debate en los tiempos más modernos debido a un hecho claro y evidente: es un caos. Tal cual. La mitología china es probablemente una de las más caóticas debido a diferentes causas tales como la falta de una obra unificadora que compilara y estandarizara sus mitos así como al hecho de que la mayor parte de los relatos míticos aparecen en textos y escritos políticos o filosóficos. Esto último hace que las diferentes historias míticas fueran manipuladas en según qué textos para justificar los postulados de corrientes de pensamiento diferentes, en ocasiones opuestas entre sí. No obstante, uno de los mitos más conocidos es el de Yi el arquero o Hou Yi en chino (后羿).
Hou Yi es considerado en el contexto cultural chino como el arquero más formidable habido y por haber. Suele ser representado vestido de soldado, ataviado con pieles de animales y portando su famoso arco hecho a partir de hueso de tigre y para la cuerda, tendón de dragón. Está casado con Chang’e (嫦娥), la deidad lunar china por excelencia (de hecho los robots de exploración lunar enviados recientemente por China a la Luna llevaban su nombre) y es conocido por haber abatido a nueve de los diez soles que asolaban la tierra con su calor.
Los diez soles eran hijos de Xihe (羲和), quien solía bañarlos en un río junto a una morera. Su padre era el Emperador Jun o Di Jun (帝俊), una mítica deidad china que junto a su otra esposa, Changxi (常羲), tuvo a las diez lunas por otro lado. En cualquier caso, cada día de la semana (compuesta entonces por diez días) Xihe paseaba por el cielo con uno de sus hijos, iluminando y dando calor a nuestro mundo. Sin embargo, un día los diez soles decidieron salir todos juntos a jugar a la vez para mayor diversión suya (se suele entender que los soles eran “niños”), lo cual ocasionó un desastre de gran magnitud: la gente comenzó a sufrir mareos, golpes de calor y una terrible sequía azotó a todos los rincones del mundo.

Xihe baña a uno de los diez soles. Foto: Xihe Yu, Zhihu.
Ante tal desastre, el Emperador de Jade (Yu Di, 玉帝), una importante deidad, accedió al ofrecimiento de Yi el arquero para atajar el problema, ante el cual no se vio otra solución que la de acabar con los soles. Fue entonces cuando Hou Yi, desde la cima de una alta montaña, disparó con su arco de tal forma que nueve de los diez soles cayeron abatidos. Desde aquel momento, tan solo un sol recorrería la bóveda celeste una vez al día para dar la luz y el calor necesario a la faz de la tierra. Como curiosidad, añadir que las flechas empleadas por Hou Yi para acabar con los nueve soles fueron entregadas por el padre de los mismos, el ya mencionado Di Jun.
Es interesante realizar una serie de apuntes sobre este mito, tales como qué es lo que se quiere explicar o justificar con él, e igualmente algún detalle adicional más. Por ejemplo, ¿por qué los soles eran diez? La razón que se especula ya ha sido comentada, y es que en la época de los Shang la semana constaba de unos 10 días en vez de siete. El mito pretende igualmente explicar la razón por la que a día de hoy existe una sola estrella iluminando la Tierra así como el tránsito desde la dinastía Shang a la Zhou. Esto último viene a raíz de que, según esta historia, en el interior de cada uno de los diez soles existía un cuervo de tres patas que controlaban a los mismos. Dicha figura del cuervo se cree que era el símbolo totémico del clan gobernante durante los Shang (XVII-XI a.C.), por lo que, se especula que Hou Yi vendría a representar al clan dinástico de la dinastía Zhou (1046-256 a.C.) mientras que el hecho de abatir los soles habitados por estos cuervos de tres patas simbolizaría el tránsito de una dinastía (Shang) a la otra (Zhou).
Si alguna vez se llega a visitar Bejing, uno de los parques más conocidos de la ciudad es el parque del Templo del Sol, donde se podrá encontrar un gran mural contemporáneo en el que aparece explicado este famoso mito chino.